El profesor acusado de abusar de 10 niñas asegura que es "un montaje por todo lo alto" de las menores

R.M.A. no puso en conocimiento de la directora las clases de apoyo porque no le dio "más importancia"
El profesor acusado de abusar de 10 niñas declara en el juicio
El profesor acusado de abusar de 10 niñas declara en el juicio
EUROPA PRESS
El profesor acusado de abusar de 10 niñas declara en el juicio

El profesor acusado de abusar de 10 niñas del colegio Simón Cabarga de Santander durante el curso 2010-2011 ha asegurado que es "un montaje por todo lo alto" de éstas instigadas por otra alumna, y ha señalado que "para nada" realizó ningún tocamiento a las menores, que cuando sucedieron los hechos tenían entre 7 y 11 años.

En la primera vista del juicio, que ha comenzado este martes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el acusado, R.A.M., ha considerado que las acusaciones contra él son un "acuerdo" de un grupo de niñas de quinto de Primaria que tenían "un comportamiento muy malo" y que "manejaban a las pequeñas para que hiciesen lo que ellas querían" e incluso "las pegaban", ha dicho.

Entre esas menores estaría, según ha relatado, la alumna instigadora que, aunque figura entre las denunciantes en el expediente administrativo de la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria, después no presentó denuncia judicial contra él, ha explicado el docente.

R.A.M., para el que la Fiscalía pide 54 años de prisión por diez delitos de abusos sexuales a menores de 13 años, siete de ellos continuados, ha explicado que las alumnas de quinto se negaron "rotundamente" a asistir a las clases de apoyo de inglés que él impartía después del comedor y durante las que, según sostienen el Fiscal y las acusaciones particulares, realizaba tocamientos a las menores.

El acusado ha negado haber realizado tocamientos a ninguna de las menores denunciantes. "No lo hice ni lo haría nunca", ha asegurado, al tiempo que ha señalado que sólo daba la mano o una palmada en el hombro a los menores como reconocimiento cuando hacían bien los ejercicios.

Clases de apoyo "no formales"

El acusado ha explicado que propuso estas clases de apoyo "no formales" porque, cuando llegó ese curso al colegio Simón Cabarga como profesor interino de inglés, vio que "el nivel de inglés era muy bajo". Así, la iniciativa surgió de "imprevisto" y a la encargada del comedor "le pareció bien", ha dicho.

A principios de curso, los niños subían al aula de ordenadores en grupos de entre seis y diez, pero ha detallado que "hubo que limitarlo" a dos o tres porque "no podía controlarlos" ya que, al mismo tiempo, estudiaba para finalizar la carrera de Derecho que cursaba en la UNED.

El acusado ha indicado que "no había ningún criterio" para seleccionar a los niños que acudían a estas clases, en las que hacían test de inglés en la sala de ordenadores, y ha manifestado que "nunca" prohibió que subieran niños, aunque sí ha dicho que "es cierto" que eran "más" niñas que niños quienes pedían subir a la clase.

Aunque R.A.M. ha defendido que los menores iban "totalmente" de forma voluntaria, ha señalado que estas clases también eran "recompensa" para los que se portaban bien en el comedor o "castigo", impuesto por la encargada, para los que se comportaban mal.

Una vez en el aula, este profesor, al que tras estos hechos la Consejería de Educación suspendió de sus funciones como docente, ha asegurado que los niños accedían "siempre" juntos a la clase, que duraba "como mucho" 20 minutos y que la puerta del aula estaba "normalmente abierta".

Bajar la nota o demostrar que "hacía algo más"

Sin embargo, en una ocasión, una de las niñas de quinto de Primaria acudió sola por petición del profesor, que, según él mismo ha relatado, le dijo que, aunque "no iba mal", le bajaría la nota por su "mal comportamiento" si no le "demostraba que hacía algo más" y por ello la mandó acudir a esta clase, a pesar de que ella no se quedaba al comedor.

Esta niña con un "nivel alto" de inglés tuvo, según este docente, que leer un texto y traducirlo. "Es la única niña que subió sola", ha asegurado R.M.A., que ha manifestado un "no" rotundo cuando las acusaciones le han preguntado si tocó a esta menor por debajo de la ropa y las zonas anal o vaginal. Con esta niña "comenzó todo esto", ha dicho el acusado refiriéndose que esta menor fue la primera en denunciar.

Entre las diez menores denunciantes, hay dos con "necesidades educativas especiales" que, según ha indicado, "no tenían inglés, por lo que no podían subir a la clase". Asimismo, ha afirmado no conocer a otra de las menores, ya que es de primero de Primaria y él sólo impartía esas clases a los alumnos de 2º a 6º de Primaria.

Del resto, ha destacado la relación que mantenía con una de las niñas denunciantes y su madre, extranjeras, a quienes daba clases particulares de inglés en su casa y éstas a su vez le ayudaban a él con su idioma.

Además, los días que se producían estas clases, martes y sábado, el acusado se quedaba a cenar en casa de éstas y ha indicado que incluso llegó a llevarlas a la nieve a Lunada. A este respecto, R.A.M. ha señalado que no entiende ni se explica por qué le han denunciado.

"auténtico moving"

Excepto la menor que acudió sola, el resto de las alumnas del "grupito" de quinto de Primaria iban juntas y "no hacían nada" de lo que el profesor acusado les mandaba, "sólo" iban para jugar y acceder a la red social Tuenti, ha asegurado R.A.M., que ha manifestado que con ellas "la relación era muy mala, era un auténtico 'moving'".

El comportamiento de estas niñas ha asegurado que era conocido por la dirección y los profesores y ha relatado que un docente de segundo de Primaria tuvo que atender en una ocasión la clase de quinto y "salió asustado y diciendo que no había visto nunca un curso peor".

Y es que, según ha indicado R.M.A., en esa clase los niños se portaban bien, las "malas" eran las niñas. Pero "no se podía hacer nada" y "daba igual que las echaran de clase" porque se seguían comportando "mal", ha dicho.

Desconocimiento de la dirección

La dirección sí sabía del mal comportamiento de este grupo de niñas pero, sin embargo, no conocía la existencia de las clases de apoyo que este profesor impartía después del comedor porque, según ha indicado éste, no le dio "más importancia". "No me parecía importante porque no eran clases, sólo hacían ejercicios", ha señalado.

Pero, en su opinión, la directora del Simón Cabarga si debía de conocer "indirectamente" que él impartía esas clases, aunque R.A.M. ha reconocido que "nunca" se lo dijo "directamente" porque para él "no eran clases, ya que no tenían un horario ni contenido ni duración fijos".

El acusado no impartía estas clases cuando la directora se quedaba en el comedor, algo que R.A.M. ha achacado que iba a "tomar café" y a "hablar" con ella y el resto de compañeros docentes que también se quedaban "habitualmente" en el comedor y de los que ha asegurado que tenían conocimiento de sus clases.

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