Hace ahora dos años, el PP volvía a ganar por mayoría absoluta las elecciones al Ayuntamiento de Madrid. Aquel 22-M de 2011, el entonces alcalde Alberto Ruiz-Gallardón venció con un programa que prometía creación de empleo, reducción de la enorme deuda municipal y realización de proyectos urbanísticos estrella, como el Eje Prado-Recoletos o la peatonalización de calles del centro.

Este miércoles se cumplen dos años de aquellos comicios, pero queda poco de aquellas promesas: las reformas estrella se han paralizado, la deuda sobrepasa los límites previstos y se han realizado recortes que no se anunciaron en el programa (en basuras o en asistencia a mayores). De hecho, ni siquiera el cabeza de lista permanece ya en la ciudad: Gallardón pegó la espantada a los siete meses de su reelección, dejando a una alcaldesa (Ana Botella) que ha tenido que lidiar con la crisis económica, la tragedia de Madrid Arena y cuatro remodelaciones de gobierno.

Siete meses después de ganar las elecciones, Gallardón acudió a la llamada de Mariano Rajoy y se marchó del Ayuntamiento para ser ministro de Justicia. Este acto supuso, de facto, el primer incumplimiento electoral. Uno de los lemas utilizados en la campaña fue "Gallardón con Madrid", hasta el punto de que el PP de Madrid abrió una página web con esa dirección. Durante la campaña y en los meses posteriores rehuyó aclarar si continuaría como alcalde: "No tengo prevista cosa distinta que terminar mi mandato", llegó a decir. Finalmente, se marchó y el pleno eligió como alcaldesa a Ana Botella, segunda en la lista electoral, en lo que fue un movimiento legal pero muy contestado por los ciudadanos. Después, la crisis del Madrid Arena removió aún más la estructura del Consistorio, tras la marcha del vicealcalde Miguel Ángel Villanueva y de concejales como Pedro Calvo o Antonio de Guindos.

Tras el enorme gasto en la M-30 y Madrid Río, el Ayuntamiento se fijó el objetivo de reducir la deuda acumulada. Para ello, ya con Botella en la Alcaldía, se elaboró el Plan de Ajuste 2012-2022, que combinaba recortes de gasto y aumentos de ingresos (vía tasas e impuestos) para mantener el equilibrio presupuestario y poder seguir pagando la deuda. Sin embargo, no ha funcionado: el plan preveía cerrar 2012 con 6.641 millones de euros pendientes de pago, pero el año acabó con 7.430 millones de deuda (789 millones más de lo esperado), según los últimos datos publicados por el Banco de España.

Además, desde las elecciones de mayo de 2011, la deuda se ha incrementado un 9%, llegando incluso a superar los peores datos de la era Gallardón. También en clave económica, antes del 22-M se prometió crear 150.000 nuevos empleos, pero en lo que va de legislatura lo único que ha aumentado son los parados (63.600 más en la ciudad, según la Encuesta de Población Activa).

Botella ya ha descartado la ejecución de la principal reforma urbanística que se prometió el 22-M: el Eje Prado-Recoletos. El objetivo era "culminar" el llamado Paseo del Arte, quitando carriles para los coches y aumentando las áreas peatonales entre Atocha y Cibeles. Pero Botella lo ha desechado por razones presupuestarias. También están en el aire las peatonalizaciones de calles céntricas (Carretas o Celenque) y las nuevas áreas de prioridad residencial (en Justicia, Universidad y Ópera), que ya debían haber comenzado. De momento "no nos lo podemos permitir", reconoció la alcaldesa. Otros proyectos que difícilmente verán la luz, por falta de presupuesto, son la reforma de Plaza de España y la culminación del parque de Valdebebas, mientras que ya va con retraso la implantación del sistema público de alquiler de bicis.

Para cuadrar sus cuentas, Botella ha realizado recortes que no estaban previstos en el programa electoral. En 2012, redujo la recogida de envases (contenedores amarillos) a solo tres veces por semana. También se planteó eliminar la retirada de basura en domingos y festivos, aunque finalmente este recorte se pospuso al quedar desierto el concurso para la adjudicación del servicio. Recientemente, Botella ha ampliado el número de mayores que tienen que repagar por la teleasistencia, pese a que prometió no tocar los servicios sociales. Por otro lado, subió la mayoría de impuestos municipales (el de vehículos, el IAE o el IBI) e incrementó la tarifa de los parquímetros.

En estos dos años, el Ayuntamiento sí ha tenido tiempo de cumplir algunos de sus compromisos. Principalmente, aquellos que no tienen un elevado coste. Entre otros, se ha puesto en marcha el Plan de Calidad del Aire para luchar contra la contaminación (aunque aseguran que aún es pronto para que dé resultados positivos), se han aprobado beneficios fiscales para pymes y familias con escasos recursos, han habilitado ciclocarriles en el centro (el de Mayor-Alcalá), están preparando la prometida ordenanza de convivencia (que incluirá medidas relativas a la prostitución) y han creado una zona de protección contra el ruido en barrios céntricos.

El principal desafío es lograr los Juegos Olímpicos de 2020, cuya sede se decidirá en septiembre de este año. Además, Botella tendrá que remontar las encuestas, que auguran la pérdida de la mayoría absoluta de su partido; y luchar contra los rumores que la colocan fuera de la candidatura para renovar la Alcaldía en las elecciones de 2015.