A la caza de quien pone los cebos envenenados

La práctica de dejar cebos envenenados se remonta a épocas ancestrales.
Parte del material entregado ayer por la Junta (Medio Ambiente).
Parte del material entregado ayer por la Junta (Medio Ambiente).
Parte del material entregado ayer por la Junta (Medio Ambiente).
Su fin era salvaguardar las cabezas de ganado y la actividad cinegética de posibles depredadores. Pero cientos de años después su uso y abuso trae de cabeza a las autoridades medioambientales.Estas trampas ilegales se han vuelto cada vez más sofisticadas y letales para sus víctimas; la mayoría puede, incluso, aniquilar a humanos. Se componen de alimentos como pescado o masa de carne rociados con productos fitosanitarios capaces de fulminar a un pastor alemán de veinte kilos en un intervalo de dos horas.

Pero para castigar a los autores de este delito ante un tribunal –el código penal prevé multas o cárcel de seis meses a dos años– se necesitan pruebas contundentes. Por eso, la Delegación de Medio Ambiente de la Junta entregó ayer 120 equipos especializados para la toma de muestras en casos de envenenamiento a representantes de la Policía autonómica, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y agentes de Medio Ambiente: los encargados de rastrear los cebos en colaboración con dos unidades caninas.

Sólo este año se han localizado en la provincia 24 animales envenenados, sobre todo, aves rapaces y carroñeras: 14 de ellos murieron por trampas. Entre 2001 y 2005 esta cifra alcanzó los 88.

Diez denuncias a la Fiscalía en 2006

La Junta de Andalucía ha enviado este año diez denuncias por envenenamiento de animales silvestres usando cebos ilegales. Por estos hechos se han detenido a dos personas, acusados de provocar la muerte de cuatro buitres leonados. Aún así, según Medio Ambiente, se está a la espera de «capturar en breve a un tercero».

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