Rubio Llorente sostiene que el actual funcionamiento del Estado de las Autonomías exige una reforma de la Constitución

Apunta que se ha convertido en uno de los grandes problemas con los que ha de enfrentarse España, "el que más profundamente nos divide"
Francisco Rubio Llorente, minutos antes del acto de investidura.
Francisco Rubio Llorente, minutos antes del acto de investidura.
EUROPA PRESS
Francisco Rubio Llorente, minutos antes del acto de investidura.

El exvicepresidente del Tribunal Constitucional y expresidente del Consejo de Estado, el jurista extremeño de 83 años Francisco Rubio Llorente, se ha mostrado hoy partidario de una reforma de la Carta Magna para canalizar la participación de España en el proceso de integración europea, modificar la legislación electoral y, fundamentalmente, poner remedio "al que se ha convertido en uno de los grandes problemas a los que el país ha de enfrentarse, el funcionamiento del Estado de las Autonomías".

En tales términos se ha expresado Rubio Llorente durante el discurso pronunciado este mediodía en el Paraninfo de la Universidad de Valladolid, donde, a propuesta de su Facultad de Derecho, ha sido investido Doctor Honoris Causa en un acto presidido por el rector de la UVA, Marcos Sacristán, y en el que ha intervenido también como madrina la catedrática Paloma Biglino Campos.

El magistrado del Tribunal Constitucional de 1980 a 1989 y después vicepresidente hasta 1992, así como presidente del Consejo de Estado entre 2004 y 2012, no ha dudado al afirmar que el Estado de las Autonomías es un problema "absolutamente autóctono", por mucho que algún representante catalán, "cuya capacidad política corre pareja con su altura moral, parece empeñado en convertir en internacional", y en tal sentido ha advertido de que mientras no se le dé solución es poco probable que puedan llevarse a cabo algunas reformas constitucionales que entiende necesarias.

De hecho, una de las reformas de la Carta Magna que preconiza debe poner término al gran problema del Estado de las Autonomías, "el que más profundamente nos divide", y para ello recuerda que se plantean dos alternativas posibles: su transformación en un Estado Federal o su mantenimiento, aunque depurándolo de sus defectos.

Para este jurista extremeño, la primera alternativa "tiene la inmensa ventaja de aportar claridad y estabilidad, aunque también la desventaja, también considerable, dada la complejidad de esta nación de naciones, de ser difícilmente compatible con las asimetrías, tanto con las deseadas como con las ya existentes en relación con los territorios forales".

Sin llegar a pronunciarse sobre una u otra vía, "pues sería indecoroso aprovechar un acto como éste para terciar en el debate político", el nuevo Doctor Honoris Causa por la UVA entiende que "no tiene sentido alguno mantener el Estado Autonómico para asentar un sistema de absoluta simetría, ni cabe llevar muy lejos la asimetría en un Estado Federal".

Respecto del actual mapa autonómico, el experto constitucionalista discrepa de quienes lo consideran un "desastre sin paliativos", si bien reconoce que también presenta ciertas sombras.

Tensión nacionalista agudizada

En el primer caso, valora que el sistema ha permitido la "conllevancia" con los nacionalismos, ha aumentado o hecho hacer el interés de los ciudadanos en los asuntos de su propia región y ha puesto fin a algunos excesos de centralización, aunque, de forma paralela, no ha puesto fin a la vieja tensión entre el nacionalismo españolista y los nacionalismos periféricos, "que en los últimos tiempos parece haberse agudizado, al tiempo que ha introducido una complejidad innecesaria de la administración, ha incrementado considerablemente el gasto público y ha hecho más extenso y opaco un ordenamiento jurídico que ya lo era mucho.

Pero además, Rubio Llorente, en declaraciones recogidas por Europa Press, aboga igualmente por reformar la Constitución con el fin de modificar la legislación electoral, al objeto de que los partidos se abran a la sociedad y recuperen su crédito, "pero dicha reforma tendría efectos muy limitados si no se suprime el pie forzado de la circunscripción provincial", y eliminado ese "corsé"—precisa—el legislador podría optar entre un sistema proporcional puro, una opción que no cree recomendable, u otro que, como el alemán, lo combine con el mayoritario en distritos uninominales.

En este contexto de pugna entre partidos, el catedrático lamenta que tanto él y otros muchos comparten la impresión de que desde finales de los años noventa el enfrentamiento se ha hecho cada vez más agrio y el debate público se centra más en la descalificación del adversario que en la argumentación crítica, "no tanto como en vísperas de la Guerra Civil pero no muy lejos del enfrentamiento entre el 'Maura No' y la 'Implacable hostilidad' con la que comenzó a derrumbarse el sistema de la Restauración".

En su alocución ante una sala abarrotada del Paraninfo Universitario de la UVA, ha justificado la reforma de la Constitución en el hecho de que ésta no es un "tótem intocable, un texto casi perfecto", fruto de su aplicación a lo largo de más de tres décadas y los importantes cambios producidos en España y en el mundo, y, tras calificar de "desafortunada" la reforma de su artículo 135—acordada por PSOE y PP para limitar el déficit público—que trató ese tótem constitucional como un "chirimbolo de poca monta", ha advertido de que la revisión de la Carta Magna la impone hoy el nuevo fenómeno universal de la globalización económica.

Y es en este punto donde el jurista subraya la necesidad de acometer reformas constitucionales para, una vez superado el proceso de integración de España en la UE, "canalizar su participación en el proceso de integración y tomar nota de su transformación en Estado miembro de una Unión que limita su libertad de decidir, es decir, en detinitiva, su soberanía, una limitación cuya manifestación más expresiva en el ámbito jurídico—apostilla—es el famoso principio de primacía, que hace prevalecer el Derecho Europeo, tanto originario como derivado, sobre el Derecho puramente interno, incluso sobre la Constitución.

Al respecto, Rubio Llorente entiende que el artículo 4, apartado Segundo, del Tratado de Lisboa, que incluye el principio de respeto a la identidad nacional de los Estados y a su igualdad, "ofrece hoy un instrumento más eficaz para proteger esos límites últimos de la estatalidad" y es, por ello, el que debe guiar la necesaria reforma de la Constitución a la hora de sustituir su Título Preliminar.

"se cierra el ciclo"

La investidura de Rubio Llorente como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid ha permitido a éste, tal y como ha explicado minutos antes del solemne acto académico, "cerrar un ciclo", en referencia a que fue precisamente en la UVA donde inició su vida universitaria, "hace ya la friolera de 65 años", cuando realizó el examen de reválida exigido entonces para obtener el título de Bachiller y con él la posibilidad de acceder a estudios superiores.

"Emocionado" por este nuevo reconocimiento académico, "tan inmerecido como el anterior", en alusión a que es también Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oviedo, el experto jurista, en tono irónico, ha achacado los distintos nombramientos y menciones acaparados a lo largo de su vida al importante número de amigos con que cuenta.

De hecho, muchos de los profesores adscritos al área de conocimiento de Derecho Constitucional de la UVA se reclaman discípulos suyos y su presencia como conferenciante o presidente de los tribunales de tesis doctorales defendidas en la Facultad de Derecho ha sido constante desde 1983, año en el que su discípulo Manuel Aragón accedió a la Cátedra de Constitucional de la Universidad de Valladolid.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento