La mayoría de las estrellas actuales que brillan en los mercados internacionales lo han probado... y han repetido. Se trata de concubinatos musicales, una práctica de carácter esporádico —no suelen durar más de una canción y un videoclip— y en el que artistas habituados a trabajar en solitario se entregan a un intercambio de sinergias y sonidos. ¿Los motivos? El de saborear nuevas experiencias, devolver favores, abrirse puertas o contentar a discográficas, devotas de la fórmula.
Beyoncé dispone de una de las listas más largas de affairs rítmicos. Antes de que Jay-Z se convirtiera en su marido, le aturdió con sus meneos en un clip común: el de Crazy in Love. Luego volvió a hacerlo con Pitbull, Kanye West, Alejandro Fernández... y con mujeres como Lady Gaga y Shakira. El espectáculo de ver a esas reinas del contoneo competir en agitación dejó en YouTube más de 40 millones de visitas y múltiples jadeos.
La promiscuidad profesional de Justin Timberlake también es de sobra conocida. Y la de Pitbull. Y la de Rihanna. La de Barbados, además de flirtear con los más célebres productores del momento (David Guetta, Calvin Harris...), se ha metido e n el estudio con Chris Brown, Nicki Minaj e, incluso, David Bisbal, uno de los pocos españoles que ha sido aceptado en estos juegos de parejas.
Un fenómeno en auge
Si bien estas uniones temporales no son tan frecuentes en España, van en aumento. El interés comercial acecha detrás de muchas de ellas. Desde el sello Warner admiten que la reciente colaboración entre Jesse & Joy –un grupo de pop que arrasa en México- y el superventas Pablo Alborán no es fortuita: con ella se pretende introducir a los primeros en el mercado ibérico, y al malagueño, en el centroeuropeo. Así todos salen ganando.
Para El Canijo y Muchachito, no hay duda: "la unión hace la fuerza". Aunque para que una banda numerosa sea imparable es fundamental "que todos remen en la misma dirección", advierte el segundo, quien defiende que más que llegar a nuevos públicos, el proyecto sirve para "liarla mucho" y que algunas canciones adopten un nuevo "punto psicotrópico y mucho humor".
El rap, el género que casa con todo
Pero si un género es especialmente activo en uniones artísticas, ese es el hip hop.
Eso explica, por ejemplo, que en su nuevo disco, I.R.A, participen numerosos MC. Pero no que en una de sus canciones se escuche la voz de la artista flamenca Diana Navarro. O que en el pasado se aliara con El Gran Wyoming para grabar un corte, y con el cantautor Luis Eduardo Aute para grabar otro.
El Chojín se encoge de hombros: algunas de esas experiencias responden al deseo de encontrar cosas nuevas... y, otras, a la amistad casual con esas personas.
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