Un tenor abandona la representación de Aida y su sustituto sale a escena en vaqueros y con camiseta

  • Roberto Alagna abandonó el escenario tras el aria "Celeste Aida", al ser silbado por los espectadores.
  • Les molestó una entrevista en la que el artista dudaba de la capacidad del público para valorar óperas.
  • Su sustituto tuvo que salir a cantar sin la preparación previa y sin esperarlo.
  • Fue en La Scala de Milán.
El tenor Roberto Alagna, en el papel de Radamés en una representación de Aida, de Verdi, en La Scala de Milán.
El tenor Roberto Alagna, en el papel de Radamés en una representación de Aida, de Verdi, en La Scala de Milán.
Marco Brescia / EFE
El tenor Roberto Alagna, en el papel de Radamés en una representación de Aida, de Verdi, en La Scala de Milán.

El teatro de "La Scala" , de la localidad italiana de Milán, ha vivido una extraña representación de la ópera Aida, de Verdi, después de que uno de los tenores, al ser silbado por parte del público, abandonara el escenario y su sustituto tuviese que salir a toda prisa vestido con pantalones vaqueros y camiseta negra.

Todo se produjo en la noche del domingo, según informan medios locales, en la primera representación de "Aida" de Giussepe Verdi, ante el público, tras la inauguración del pasado jueves, cuando "La Scala" abrió la temporada de ópera.

El tenor Roberto Alagna, en el papel de Radamés, se retiró del escenario justo después del aria "Celeste Aida" silbado por una parte de los presentes en los asientos del piso más alto, molestos con sus comentarios a la prensa sobre la competencia del público.

Además, en los últimos días se había hablado de algún problema en la voz de Alagna, si bien el tenor había interpretado con éxito su papel en la noche de la inauguración.

La "huida" de Radamés, uno de los personajes principales, supuso que la mezzosoprano Ildiko Komlosi cantara "un duetto sola", tal y como señaló ella misma posteriormente.

El espectáculo debe continuar...

Sin embargo, la música no paró, con lo que se produjo la entrada en escena de Antonello Palombi, componente del segundo cuadro de la ópera, que ante las prisas retomó el papel de Radamés en vaqueros y camiseta negra, mientras aún resonaban los gritos de "vergüenza" surgidos desde el paraíso contra Alagna.

La representación de Aida siguió adelante entre aplausos, algunos silbidos y un público más que perplejo, que al final de la opera aplaudió durante nueve minutos.

Una vez acabado el entreacto, el superintendente Stephaner Lisser compareció en escena para manifestar "el pesar" del teatro por lo sucedido y dar las gracias a Palombi, que tuvo que salir a cantar sin la preparación previa y sin esperarlo.

Alagna, que puede hacer frente a una sanción por lo sucedido y abandonó La Scala tras hablar con Lissner, señaló a los medios locales que ha cantado en todo el mundo y ha tenido éxito, pero que ante el público de anoche le parecía estar "fuera del mundo.

"El público de verdad, el que tiene fuego, sangre, ése no estaba", añadió.

Palombi, tras la representación, se mostró satisfecho con su actuación y narró que cuando Algana dejó el escenario le han "lanzado al escenario". Pero este es mi trabajo y hay que se profesionales", aseguró.

El tenor bromeó sobre su atípica indumentaria en escena y dijo que "normalmente" no se viste de Radamés, tras lo que indicó que había sido "una buena prueba" y que la había superado.

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