En actos de signo contrario, miles de partidarios de Augusto Pinochet desfilaron ayer ante su féretro, mientras que las Agrupaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) y de Ejecutados rindieron homenaje a las más de 3.000 víctimas que dejó su dictadura.
Los partidarios del ex gobernante de facto (1973-1990), en tanto, soportaron altas temperaturas y largas esperas en filas interminables para despedirse del que consideran "el salvador de Chile", que es velado en el salón central de la Escuela Militar de Santiago hasta el funeral, que tendrá lugar a las 12.000 del martes (hora local).
Sólo la ministra de Defensa representará al Ejecutivo en la misa, aunque el hijo menor de Pinochet, Marco Antonio, anunció que no quiere que nadie del Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet asista al funeral
Durante el velatorio, el cadáver de Pinochet, amortajado con uniforme de gala y maquillado, recibió el homenaje de sus más incondicionales adherentes.
En la multitud de adherentes o curiosos, se podían ver desde profesionales u oficinistas que faltaron a su trabajo, hasta alumnos de universidades privadas, jubilados, empresarios y pudientes amas de casa. Incluso un grupo de
Esa misma madrugada, las manifestaciones con que pobladores "celebraban" su muerte habían dejado un total de 43 carabineros heridos y 99 detenidos en Santiago
Desde el Palacio de la Moneda, sede del Gobierno, el ministro del Interior, Belisario Velasco, afirmó que el ex gobernante fue el "clásico dictador de derecha que violó los derechos humanos" y reiteró que Pinochet no cumplía los requisitos para darle un funeral de Estado.
Paralelamente, otro grupo marchó pacíficamente por la Alameda, la principal arteria de la capital, con la intención de llegar ante el monumento de Salvador Allende, situado al frente del palacio presidencial de La Moneda, pero la policía les cortó el paso y
Por el bien del país
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha afirmado que pensó "en el bien del país", al referirse por primera vez a la muerte de Augusto Pinochet y a su decisión de descartar un funeral de Estado para el ex dictador.
"En una sociedad, en un país, cuando no existen normas, leyes previstas para determinadas situaciones, los líderes, los gobernantes tenemos que tomar decisiones pensando en el país", afirmó Bachelet.
Pinochet murió el domingo, a los 91 años, por problemas cardíacos, y su deceso puso nuevamente en evidencia la división que su figura aún causa entre los chilenos, pues mientras sus partidarios lloraban, sus detractores se volcaron a las calles a celebrarlo.
"En las últimas horas hemos visto gestos de división que no nos gustan, pero sé que tenemos, como país y como sociedad, la fortaleza ética para lograr el reencuentro", señaló.
Agregó que para Chile "fue terrible" el momento en que se perdió el diálogo, y puntualizó que "la historia se va construyendo y las verdades se van instalando".
"Yo tengo un concepto muy formado acerca de un periodo doloroso, dramático y complejo que vivió nuestro país", subrayó, en una tácita alusión a su condición de ex presa política torturada durante la dictadura de Pinochet (1973-1990).
"Tengo memoria, creo en la verdad y aspiro a la justicia", recalcó la presidenta, quien añadió que "nos debe ayudar para enfrentar mejor el presente y el futuro", y la unidad de Chile, la reconciliación, "es el gran honor al que podemos aspirar los que queremos mayor justicia, mayor diálogo y un verdadero reencuentro entre nosotros".
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