El Hierro, una isla canaria con mucho vino que contar

  • El suyo es un paisaje de tres colores: el negro de la roca volcánica, el azul del siempre cercano Atlántico y el verde de bosques y viñedos.
  • No hay tasca donde lo más pedido no sea un cuartito de "vino de pata".
  • Se cultivan cepas como baboso negro, verijadiego, negromuelle o listán blanco.
Las vides se protegen y son capaces de crecer en este suelo volcánico.
Las vides se protegen y son capaces de crecer en este suelo volcánico.
Las vides se protegen y son capaces de crecer en este suelo volcánico.

La isla canaria de El Hierro concentra una sorprendente paleta de paisajes: la oscura roca volcánica, el azul del siempre cercano Atlántico y el verde de los bosques y viñedos. Sí, viñedos. Los vinos de El Hierro son un secreto por descubrir.

Desde los primeros cultivos de la vida, en el siglo XVI, la tradición familiar de cultivar la viña todavía se mantiene en El Hierro con mimo, y no hay tasca donde la consumición más solicitada no sea un cuartito de "vino de pata", como lo llama la población local.

La propiedad de los cultivos está dividida en pequeñas parcelas, de manera que casi todos los herreños poseen algún terreno para obtener su propio caldo. Las distintas variedades de uva, sobre todo las antiguas cepas como el baboso negro, el verijadiego, el negromuelle o la más extendida, el listán blanco, se han adaptado al suelo volcánico y las condiciones ambientales.

Las viñas de la zona de El Golfo presentan una orientación al norte, tanto en su zona baja, como en la media y la alta. En el área de El Pinar, las vides están a mayor altitud, con una orientación sureste, sometida a la acción de los vientos. Aquí, los cultivos de secano son más modernos, disgregados en terrazas y alineados en espaldera, lo que facilita la mecanización.

Más de la mitad del territorio herreño tiene algún tipo de protección medioambiental. El Hierro presenta una enorme variedad de escenarios naturales en sus apenas 270 km2. Desde los 1.500 metros de altitud del Pico Malpaso hasta el siempre cercano océano, sin olvidar sus fondos marinos, paraísos del buceo y de la pesca subacuática, y los sobrecogedores acantilados.

La mirada se deleita con el contraste entre las formaciones de lava y las verdes masas arbóreas de pino canario, las sabinas o los bosques de laurisilva, una joya botánica del Terciario. Y los viñedos, claro. Por ejemplo, en lo alto de la montaña de Tanajara hay un mirador desde el que se observan los viñedos de El Pinar.

Y para no solo beber, algo de gastronomía de El Hierro. Las quesadillas son un postre típico de la isla. De calidad excelente, el queso herreño se elabora con una mezcla de leche de vaca, oveja y cabra y, posteriormente, se ahuma con madera de higuera. Entre las frutas, la piña, los plátanos y los higos secos -reputados como los mejores de Canarias- resultan exquisitos.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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