Comporta: Portugal esconde el paraíso en sus playas

  • En el litoral alentejano, la naturaleza y el hombre conviven en perfecta armonía.
  • Los interminables arenales comparten espacio con los verdes arrozales.
  • Pequeñas aldeas y cabañas de pescadores, en lugar de complejos hoteleros.
Las playas de Comporta quedan a dos pasos de Lisboa o de Évora.
Las playas de Comporta quedan a dos pasos de Lisboa o de Évora.
FLICKR/Gustty
Las playas de Comporta quedan a dos pasos de Lisboa o de Évora.

No es California, ni el Caribe, ni siquiera la soleada costa de Andalucía, pero las playas del litoral alentejano, en Portugal, son un destino turístico diez para aquel que quiere dejar el país sin moverse de la Península y refugiarse en un paraíso en el que la naturaleza y el hombre conviven en perfecta armonía.

Situada a una hora en coche hacia el sur desde Lisboa, Comporta es una zona donde los interminables arenales comparten espacio con los verdes arrozales, las tradicionales sardinas conviven con el cerdo alentejano y donde no se conoce el bullicio del Algarve.

No sale en las guías de viajes, pero ya hay muchas personas que saben que la zona del arenal de Carvalhal es el lugar perfecto para descansar tras hacer turismo por el Alentejo interior, que cuenta con ciudades-museo como Évora, cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad desde 1986.

Y es que en las kilométricas playas situadas al sur de Tróia se puede practicar surf, disfrutar de un buen mojito bajo una sombrilla de brezo, desafiar al agua helada del océano Atlántico y montar a caballo.

Por todo esto, el litoral alentejano, salpicado de pequeñas aldeas y cabañas de pescadores, se ha convertido en el destino de vacaciones perfecto para aquellos que quieren disfrutar del sol y el mar, pero huyen de los grandes complejos hoteleros y de los paseos marítimos plagados de turistas.

En la zona de Comporta proliferan los hoteles 'eco', que tratan de aunar la comodidad y la naturaleza. Éste es el caso de Casas Na Areia, unas cabañas chic con suelo de arena, o el complejo Brejo da Amada, compuesto por una casa grande y pequeñas cabañas unifamiliares integradas en la naturaleza.

Y por el día, el plan es claro: disfrutar de las kilométricas playas. Praia do Pego, con aparcamiento a la entrada, es una bella y fácil opción para los que duerman en alguno de los hoteles de la zona. Allí se puede disfrutar del sol, pero también de la buena comida, ya que el Restaurante Sal pone el punto gourmet a la jornada de relax.

En la cercana playa de Comporta también se puede aparcar fácilmente, comer un buen plato de la zona en el Comporta café o en el conocido Museu do Arroz, situado en los arrozales de la localidad y ver atardecer tomando una cerveza fresquita.

Pero si lo tuyo son las compras, las aldeas escondidas entre los campos de arroz esconden tiendas llenas de caprichos como Lavanda o A loja do Museu do Arroz, en Comporta; o Loja da Cá, en Carvalhal.

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