La Audiencia fija 16 años de prisión para el acusado de apuñalar mortalmente a su mujer en su peluquería

La Audiencia Provincial de Valencia ha fijado una condena de 16 años de prisión para un hombre acusado de apuñalar mortalmente a su mujer en la peluquería en la que ésta trabajaba, en Puçol (Valencia) el 21 de septiembre de 2011. Durante el juicio, el hombre reconoció que hubo un forcejeo que acabó con la muerte de su pareja, y también dijo que ya la habría matado "un mes antes" tras una discusión en plena calle "si hubiera tenido algo" con lo que hacerlo.

La Audiencia Provincial de Valencia ha fijado una condena de 16 años de prisión para un hombre acusado de apuñalar mortalmente a su mujer en la peluquería en la que ésta trabajaba, en Puçol (Valencia) el 21 de septiembre de 2011. Durante el juicio, el hombre reconoció que hubo un forcejeo que acabó con la muerte de su pareja, y también dijo que ya la habría matado "un mes antes" tras una discusión en plena calle "si hubiera tenido algo" con lo que hacerlo.

El tribunal ha imputado esta pena en base al veredicto del juzgado que juzgó a este hombre, por un delito de homicidio y otro de quebrantamiento de condena. Asimismo, el procesado deberá indemnizar a su hija con 200.000 euros y le impone alejamiento de la misma de, al menos, 300 metros durante 25 años.

Según declaró probado el jurado, el hombre, camionero de profesión, comenzó en 1994 una relación análoga a la conyugal con la víctima, de nacionalidad marroquí. Seguidamente, la pareja contrajo matrimonio y tuvo una hija, que nació en 1994.

En agosto de 2011, un juzgado condenó al hombre por un delito de malos tratos en el ámbito familiar a la pena de prohibición, durante el plazo de 16 meses, con respecto a su pareja. A partir de ese día, los cónyuges cesaron en su convivencia, y la mujer acudió a diversas entidades bancarias para retirarle el acceso a sus cuentas, incluso en la que percibía su pensión de incapacidad.

Así, la mujer le dejó en la más absoluta indigencia, por lo que éste se vio abocado a vivir en su vehículo. No tenía más que lo mínimo imprescindible para su subsistencia, como algo de ropa, material de aseo y objetos personales para el día a día, hasta que encontró una habitación de alquiler donde poder establecerse.

El 21 de septiembre de 2011 el hombre se dirigió, sobre las 19.15 horas, a la peluquería que su pareja regentaba, en la calle Teruel de Puçol, aprovechando que era una hora próxima a cerrar, que estaría sola y que no esperaría su aparición. En el momento en que entró al local, la mujer estaba hablando por teléfono con un amigo común, que era guardia civil, y que había actuado como intermediario en la separación. En ese momento, soltó el teléfono y gritó asustada "tú no puedes estar aquí".

Inmediatamente después, el hombre asestó varios cuchillazos a su pareja y abandonó el local, dejando allí el cuchillo y tras haber bajado la persiana del establecimiento con el mando a distancia. Tras ello, se presentó allí una patrulla de la Policía Local, a la que el guardia civil había avisado telefónicamente por estar más cerca de la peluquería.

Los policías hallaron al hombre en el exterior, quien les manifestó que había acabado con la vida de su mujer y les entregó el mando a distancia. Los agentes entraron al local y comprobaron que la víctima aún tenía pulsaciones, por lo que la trasladaron rápidamente hasta el centro de salud más próximo, donde falleció.

El hombre estaba siendo tratado en la Unidad de Salud Mental de Puçol desde 1994, es decir, durante más de 17 años, al habérsele diagnosticado, entre otras, depresión neurótica, trastorno de personalidad, distimia, ira y abuso de alcohol. Sin embargo, el jurado no apreció ninguna circunstancia eximente por este trastorno.

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