El abeto natural pierde fuerza como adorno de casa navideño

Miles de zaragozanos ponen árbol de Navidad en su domicilio, pero sólo un 5% son auténticos, y no se recuperan.
El árbol de Navidad es ya uno de los elementos de decoración por excelencia en casi todos los hogares, pero cada vez menos optan por el abeto, pino o pícea natural. Prefieren los de plástico, que pueden reutilizarse y no necesitan tantos cuidados.

De hecho, sólo un 1% de los árboles naturales sobrevive a la Navidad, según explicaron a 20 Minutos varios jardineros y floristeros consultados. Las previsiones de venta de los viveros rondan el millar de árboles, de los cuales, sólo aguantarán una decena.

«Es imprescindible que lleve raíz y hay que pulverizarlos con agua para que no les afecte demasiado el calor de las casas», explica Pedro Vicente, el presidente de las Floristerías de Aragón. El problema es que la mayoría de los árboles que salen de los viveros se venden con la raíz corta o envuelta en escayola para meterlos en los maceteros, por lo que una vez pasadas las fiestas, no se pueden replantar.

«Vendemos sobre todo a establecimientos, para decorar, pero también viene alguna familia con niños», señalan en varios viveros de la ciudad. Los que más se compran son los de 1,5 metros, que pueden costar entre 15 y 25 euros. Si buscamos un ejemplar más grande, que supere los 2,5 metros de altura, el precio sube hasta los 200 o 300 euros.

Todos los años, el Ayuntamiento pone en marcha un dispositivo de recogida de árboles. La Escuela de Jardinería El Pinar es la encargada de retirar los abetos de las instalaciones municipales. También establecen unos cuantos puntos de recogida para árboles particulares o los reciben en sus propias instalaciones.

«La mayoría llegan muertos, trituramos la madera y la reciclamos para usarla como abono. Al resto, intentamos mantenerlos con vida», explican en la escuela. Aquellos que cuentan con buena raíz  son replantados en una especie de bosque que cuenta con las características necesarias para su supervivencia (fresco, sombra...).

Se numeran por si el dueño quiere recuperarlo al año siguiente, pero son muy pocos los que lo consiguen. Los centros oficiales también recurren a la Escuela para reutilizar algunos árboles.

El éxito de las flores de Pascua

La tradicional flor roja gana adeptos cada año y las floristerías venden miles. «Así como el árbol de Navidad va a la baja, la flor de Pascua se vende cada vez más», explica Pedro Vicente, presidente de las Floristerías de Aragón. Tanto particulares como instituciones las usan para decorar y, a diferencia del árbol, puede durar bastante. «El secreto está en cortarles los tallos en febrero, mantenerla en un lugar oscuro y regarla. En mayo estará preciosa», añade Vicente.

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