La oleada de restos alcanzó por momentos los 30 metros de longitud y una anchura de hasta cinco metros. Las hipótesis sobre su composición apuntaban en principio a un nuevo vertido de la planta de tratamiento de Bens, pero técnicos municipales señalaron que era, simplemente, un proceso natural avivado por el mar de fondo. Según esta teoría, la mancha estaría originada en el oleaje, que acelera un fenómeno físico natural de depuración de aguas.
Sobre la espuma blanca que se podía ver desde el Paseo Marítimo apareció una sustancia más sólida de color marrón, identificada por los técnicos como materia orgánica suspendida en el agua, compuesta, sobre todo, por restos de peces muertos y otras sustancias.
De proceder de Bens, señalaron, los residuos tendrían mayor tamaño y consistencia y habría plásticos.
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