La Rioja, algunas señas básicas

  • El primer hito es San Millán de la Cogolla, con los monasterios de Suso y Yuso.
  • Logroño se reconoce por la concatedral de la Redonda y sus torres gemelas.
  • El símbolo de Nájera es el monasterio de Santa María la Real.
El Ebro con las Casa de Ciencias a la izquierda.
El Ebro con las Casa de Ciencias a la izquierda.
WIKIPEDIA/ Reo1987
El Ebro con las Casa de Ciencias a la izquierda.

Como cruce de caminos, La Rioja está hecha de retales de arte y culturas diferentes. Desde los celtíberos hasta la civilización cristiana pasando por los visigodos, los romanos, los árabes... Todos pasaron por aquí y dejaron huella. Recorremos aquí algunas señas básicas de La Rioja.

El primer hito es San Millán de la Cogolla. En un entorno enmarcado por la Sierra de la Demanda, aparece esta localidad y el humilde monasterio de Suso –cuna de las primeras palabras del castellano–, que se completa con el más grande de Yuso.

Antes y después de San Millán cruzaremos pequeñas localidades como Tricio, Cárdenas, Badarán y Berceo. Todas resumen la esencia de La Rioja: calles empedradas, frontones de piedra, bodegas, plazas angostas y buen chorizo curado.

Pero hay que llegar a la capital. Logroño se reconoce desde la distancia por la concatedral de la Redonda y sus características torres gemelas. Los otros tres vértices del dibujo básico de la ciudad lo forman las iglesias de San Bartolomé, Santiago y Santa María de Palacio.

Cesado el apetito cultural, queda el otro. Para ello hay que recorrer las calles Laurel, San Juan y Portales, en cuyos bares hay pinchos, raciones o platos para todos los gustos. Entre ellas, tiene que haber sitio para un clásico de la gastronomía riojana, su chorizo.

Es uno de sus alimentos más típicos de La Rioja. En localidades como Baños de Río Tobía, las casonas monumentales se mezclan con otra arquitectura: la de las fábricas donde se elabora el chorizo riojano.

Para acompañar tanto sólido solo cabe un líquido. El vino de DO. La Rioja, blanco, rosado y sobre todo tinto, ha sido "el vino" de España durante años. Ahora, garantizando la calidad, se ha hecho un sitio en el mundo.

La ruta puede acabar en Nájera, que conserva su antigua denominación de Reino de Nájera, enclave del cristianismo durante la Reconquista. Su símbolo es el monasterio de Santa María la Real, uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura religiosa de esta parte de la comunidad.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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