Condenan a los herederos de Miquel Dalmau por desviar fondos de la Miramar para pagar el IBI y servicios ficticios

La mayor parte del dinero lo traspasó a la cuenta de una de sus mercantiles, justificando las transferencias con facturas ficticias

La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a los herederos de quien fuera máximo accionista de la Policlínica Miramar, Miquel Dalmau -ya fallecido-, a devolver un total de 40.997 euros más intereses a la Agrupación Médica Balear (Ameba) -gestora del centro sanitario-, parte de los cuales (1.188 euros) Dalmau destinó a pagar recibos del IBI mientras que el resto (39.808 euros) lo desvió en forma de transferencias a una de sus mercantiles, justificándolas con facturas ficticias que no respondían a contraprestación alguna.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, extiende esta obligación indemnizatoria a los herederos de Dalmau por afectar al patrimonio personal de éste, después de que en primera instancia únicamente fuese condenada la mercantil Midaldía, a cuyas cuentas corrientes el expresidente del Consejo de Administración de Ameba transfería los importes, obteniendo de este modo liquidez "fraudulenta a costa del patrimonio" de esta entidad médica.

Según la resolución de la Sección Cuarta, se trataba de un 'modus operandi' que, lejos de ser "el propio de una relación normal entre empresas y profesionales", era una práctica a todas luces ajena al ámbito empresarial" por cuanto Dalmau "daba las órdenes pertinentes al objeto de que se desviaran fondos de Ameba para fines privativos".

De hecho, la Agrupación Médica Balear, demandante en este proceso y representada por el letrado Juan Camacho, del Bufete Coca, apuntaba cómo Dalmau tenía "interiorizado" que Ameba era su "cortijo y hacía y deshacía a su antojo sin encomendarse a nadie, con un manifiesto desprecio a los accionistas minoritarios de la sociedad".

En su sentencia, la Sala señala en esta línea que Dalmau utilizaba medios personales, materiales y patrimoniales de Ameba en favor de otras entidades distintas, de ahí que cuando vendió el grueso de sus acciones en Ameba a Inversiones Grupo Miralles, se llevó consigo la documentación relacionada con sus sociedades particulares. Más en concreto, apunta a la "clamorosa" ausencia de toda documentación contable del Consorcio Sanitario Balear (Consaba) y de Midaldía.

En este sentido, los demandantes señalaban que cuando Dalmau tenía que pagar deudas particulares, suyas o de Midaldía, y no existía saldo en su cuenta corriente, ordenaba al contable de Ameba que le entregara el dinero preciso o transfiriera fondos a las cuentas de su mercantil para tapar los descubiertos, mientras que cuando necesitaba liquidez dineraria, "fingía la emisión de facturas por no se sabe qué tipo de conceptos".

A lo que se suma, según la resolución, la "falta de acreditación" de la efectiva prestación de servicios por parte de Midaldía que justificase el traspaso de fondos desde Ameba, a pesar de que la empresa demandada justificó que las transferencias realizadas obedecían a la compensación de las cantidades que anticipadamente Midaldía había satisfecho a uno de los hijos de Dalmau por el pago de sus nóminas a raíz de los servicios que, alegaba, había llevado a cabo en 2006 en la Agrupación Médica.

Dalmau "hubiera tenido que responder" personalmente ante ameba

Unos argumentos que el tribunal califica de "singulares", al manifestar que Midaldía no ha aportado prueba documental de que el hijo de Dalmau trabajara para Ameba, aseverando que no sólo no consta acreditado que las facturas ficticias obedecieran a la entrega de un determinado material o a la prestación de servicios, sino que "ni siquiera argumentalmente se concretan y justifican éstos en el tiempo de la realización de tales transferencias".

En cuanto a los recibos del IBI, que en conjunto ascendían a la cantidad de 1.188 euros, correspondían en concreto a una vivienda y a dos plazas de aparcamiento, cuya titular era la entidad Mirador d'Alt Marítim, "absolutamente desconocida" para los demandantes, según pusieron de manifiesto.

La sentencia recoge de este modo los argumentos esgrimidos por Ameba, cuando sostiene que Dalmau, "prevaliéndose y abusando de su cargo" al frente de la entidad sanitaria, "fue quien personalmente diseñó y ordenaba esa irregular operativa de desvío de fondos para fines y beneficios propios o de sociedades por él administradas y controladas", una autoría directa que "le hubiera hecho responder personalmente ante Ameba de semejantes traspasos dinerarios".

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