Pescanova ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a través de la publicación de un hecho relevante, su entrada en concurso de acreedores, en virtud del auto dictado este jueves por el juez de la sala de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, "al haber sido acreditadas las circunstancias que lo motivan".

En la comunicación, que firma Alfredo López Uroz, por parte de la Dirección de Administración de Pescanova S.A., se constata que se ha declarado el concurso con carácter voluntario y que consta "que no se ha solicitado la liquidación ni se ha presentado todavía propuesta anticipada" de convenio.

Asimismo, la multinacional pesquera traslada a la CNMV que, según determina el auto, "las facultades de administración y disposición del deudor sobre el patrimonio o la sociedad quedan suspendidas", lo que implica apartar a la actual dirección de la empresa, con Manuel Fernández de Sousa al frente (desde este miércoles era presidente en funciones, tras agotarse su mandato).

El Consejo de Administración será sustituido, continúa el comunicado, por la administración concursal, integrada por un miembro del personal técnico de la CNMV. Pescanova también destaca que el auto se hace eco de su solicitud de "interesar de la administración concursal autorización para retrasar la obligación legal de formular cuentas anuales".

"situación de difícil gobernabilidad"

En el auto judicial también se recoge, aunque Pescanova no lo refleja en el hecho relevante comunicado, que ha incumplido su deber de formular las cuentas de 2012 en el plazo indicado y el de presentar los estados financieros del segundo semestre ante la CNMV, así como la "existencia de discrepancias relevantes" entre la documentación enviada inicialmente con la solicitud del concurso y la subsanación posterior, relativas a los cambios en la participación accionarial del socio mayoritario, al pasivo total reconocido (una diferencia de casi 88 millones) o los desencuentros en el seno del consejo de administración sobre una decisión de "tal trascendencia" como la solicitud de un concurso de acreedores.

Por ello, el juez considera "sin temor al equívoco", que "mantener las plenas facultades del deudor puede conducir a una situación de difícil gobernabilidad, en absoluto compatible con el orden que debe presidir el proceso concursal".

Así, entiende que, para mantener en lo posible la actividad y el empleo, y para satisfacer los intereses de los acreedores (más de 50, según reconoce la propia Pescanova), se exige una "voluntad única y eficaz" que "puede verse mejor desempeñada por la administración concursal".