“No sabía nada, pero es una noticia fantástica. Juan se está recuperando ahora tras un mes ymedio en que su salud había empeorado. Incluso abandonamos la intención tener otro hijo, pero ahora esta noticia nos hace recuperar la ilusión".

Con estas palabras saludan Ana Pérez y Juan González la noticia del primer permiso para realizar diagnósticos preimplantacionales, lo que abre la puerta a la concepción de hijos sanos para salvar a un hermano.

El hijo de Ana y Juan padece anémica de Fanconi, un mal que causa hemorragias y una eleveda predisposición al cáncer).

Tres diagnósticos

La Comisión Nacional de Reproducción Asistida dio el lunes luz verde, por primera vez en España, a los tres primeros diagnósticos preimplantacionales, que permiten concebir un hijo sano para salvar la vida de otro que está enfermo.

El informe de la comisión será remitido ahora a la Generalitat valenciana, en donde se ubica la clínica IVI, que ha sido la que ha solicitado la realización de esta técnica, para su aprobación definitiva.

Los tratamientos se aplicarán para intentar encontrar curación a las enfermedades de Beta Talasemia Mayor y Anemia de Fanconi, y se realizarán con carácter experimental debido a que prácticamente no existen antecedentes similares en todo el mundo y ninguno en España.

Concretamente, en el caso de Beta Talasemia Mayor no se ha registrado ningún caso similar y en el de Anemia de Fanconi se han encontrado tan sólo cinco casos.

Ambas enfermedades son anemias muy graves y en los tres casos, se trata de niñas con edades comprendidas entre el año de edad y los cinco años.

La técnica de diagnóstico preimplantacional para concebir un hijo sano que pueda actuar como donante compatible de células de sangre de cordón umbilical para tratar de salvar la vida de un hermano gravemente enfermo, es posible desde la aprobación de la Ley de Reproducción Humana Asistida en mayo del 2006.

Su aplicación se limita a casos excepcionales en los que no haya ningún otro procedimiento para tratar de salvar la vida de pacientes enfermos. La consideración de estos tratamientos como experimentales implica que deberán realizarse en especiales condiciones de seguimiento y control por parte de las autoridades sanitarias.