La queja es compartida por la mayoría del alumnado y los profesores. «Lo único que nos salva –afirma el director de la escuela, Juan Calatrava– es la ilusión de saber que en el curso 2008-2009 nos mudaremos al antiguo Hospital Militar (en el Campo del Príncipe); en este momento en reformas para adaptarlo a la titulación».
Y es que Arquitectura es la carrera errante. Se ha mudado de edificio en cinco ocasiones: Trabajo Social, Colegio Máximo, Aparejadores y el Hospital Militar, que tuvo que dejar en 2001 para la realización de las obras de rehabilitación, y se mudó de nuevo a un antiguo instituto de La Chana.
El traslado al Realejo es la esperanza, pero mientras esto llega, los alumnos han de conformarse con el aula prefabricada que tienen en el patio «para ir trampeando y aguantar sin tener que sacar fuera del centro algunas clases», dice Calatrava.
Los profesores tampoco están mejor, comparten despacho entre seis «y, claro –apostilla el director–, el nivel de exigencia es menor porque no tienen espacio para trabajar».
Pese a todo, Arquitectura es uno de los grandes potenciales de la Universidad. Sus docentes forman un conjunto heterogéneo de veteranos procedentes de aparejadores y arquitectos jóvenes en contacto con las nuevas tendencias. «Esto es lo que nos salva, el material humano», sonríe Calatrava.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios