El 5% de productos etiquetados como vacuno en la UE contienen ADN de caballo

Venta de carne de caballo en una tienda de Alemania.
Venta de carne de caballo en una tienda de Alemania.
EFE / ARCHIVO
Venta de carne de caballo en una tienda de Alemania.

Casi el 5 % de los productos cárnicos etiquetados como vacuno en la Unión Europea (UE) contienen ADN de caballo, según los primeros resultados de los controles realizados por los Estados miembros, anunciados por fuentes comunitarias.

Los resultados de estos análisis, que serán publicados con más detalle durante este martes por el Ejecutivo comunitario, también indican que aproximadamente el 0,6 % de las muestras de carne equina analizadas en mataderos europeos contenían fenilbutazona, un antiinflamatorio prohibido en la cadena alimentaria.

En España, las autoridades sanitarias detectaron ADN de equino sin etiquetar en un 4 % de las pruebas realizadas, y han descartado "problemas de seguridad alimentaria" al no encontrar restos de fármacos veterinarios prohibidos, según informó el lunes el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

En base a los resultados y a la opinión de los expertos de la UE, Bruselas también descartó que exista un "riesgo sanitario inmediato" a nivel comunitario por la presencia del citado antiinflamatorio en la carne de caballo, según dijo hoy el portavoz comunitario de Sanidad y Consumo, Frédéric Vincent.

"Habría que comer cientos de filetes de carne de caballo que contengan fenilbutazona para que esto pueda suponer un problema", dijo Vincent al ser preguntado en rueda de prensa.

No obstante, este fármaco sigue "estrictamente prohibido" en la cadena alimentaria de la UE, recalcó el portavoz, quien añadió que la Comisión ha vuelto a retrasar la publicación de todos los resultados por países, prevista para hoy a las 10.00 GMT, con vistas a "verificarlos".

4.300 controles

En total, se han realizado 4.300 controles en los Estados miembros entre principios de marzo y principios de abril, por recomendación del Comité Permanente de la Cadena Alimentaria de la UE.

Cada país ha realizado dos tipos de análisis, el primero para detectar posible ADN equino en la ternera utilizada en productos procesados, y el segundo para determinar si la carne de caballo que llega a los mataderos europeos contiene rastros de fenilbutazona.

La publicación de los datos tanto a nivel comunitario como por países permitirá evaluar el alcance del fraude de la carne de caballo etiquetada como vacuno, un escándalo que salió a la luz al descubrirse ADN equino en hamburguesas, lasañas, salsas boloñesa y otros preparados a base de carne distribuidos en varios Estados miembros.

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