Varios funcionarios de la Policía Nacional que este martes han prestado declaración como testigos en el juicio del caso Scala, han negado que durante la detención de varios de los ahora acusados de la causa se les faltara al respeto o se ejerciera sobre ellos algún tipo de presión, en contra de lo que manifestó uno de los inculpados, Jaime Julio Fernández, en su comparecencia durante la vista oral.

De hecho, uno de los agentes ha aseverado que "se les ha tratado con el máximo respeto", recalcando que "ha sido así siempre y lo seguirá siendo".

Y es que Fernández, empresario y presunto testaferro en la trama, achacó los cambios que hizo en su declaración en el juicio respecto a la de Policía a presiones y a las condiciones en las que permaneció durante su arresto.

Al preguntarle el fiscal Juan Carrau por qué entonces "dijo a todo que sí y ahora lo niega", el acusado le respondió: "Si tiene un poco de empatía conmigo en este momento, estuve tres días en Policía sin comer ni dormir, preguntándome qué hacía allí, por lo que cuando declaré no era yo". "Las barbaridades que pude decir se debe a que quería salir cuanto antes de aquel infierno", señaló.

Una justificación que ha llevado este martes al fiscal Pedro Horrach, visiblemente indignado, a preguntarle a otro de los funcionarios de Policía: "¿Sabe si yo presioné o golpeé a Fernández?", a lo que el agente ha respondido tajante que "no se llegó a esos extremos". En cualquier caso, la presidenta del tribunal ha señalado, comprendiendo la "indignación" del fiscal, que esa pregunta no procedía formularla de ese modo.