Familiares, amigos y efectivos de Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil continúan la búsqueda de Manuel Gutiérrez Ruiz, de 64 años y vecino de Santander, que desapareció el pasado viernes, sin que de momento se hayan producido novedades.

No obstante, y en contra de lo que se apuntó en un principio, se ha descartado que el desaparecido se encontrara el pasado sábado, día 13, sobre las once de la noche, en la zona de Montaña.

"Podemos descartarlo porque parece que no era él", han informado a Europa Press fuentes de la familia. Lo que sí es seguro "al 100 por cien" es que Manuel Gutiérrez se encontraba el día anterior, viernes, en la calle Alta, según confirmó el responsable de un bar.

A pesar de descartarse su presencia en la zona de Montaña, se sigue buscando por esa zona proque "hay más gente que cree haberle visto", han señalado las mismas fuentes.

Poca más información han recibido los familiares del desaparecido, que han recibido "pocas llamadas" telefónicas, pese a haber "empapelado" con la fotografía de Manuel Santander, Peñacastillo, Maliaño, Astillero, Torrelavega o Solares, entre otras localidades.

"Sólo hemos recibido unas cinco o seis llamadas de gente que cree haberle visto, pero nada muy fiable", según la familia, que considera que son "pocas" y que lo lógico sería haber recibido más si el desaparecido "hubiera estado por la calle".

DESAPARICIÓN

Manuel Guitiérrez Ruiz, vecino de la zona Cuatro Caminos-Calle Alta de Santander, desapareció el pasado viernes, 12 de abril, tras salir de su casa, a las 11.30 horas, para hacer su rutina matinal y tras la que no volvió a comer.

En el momento de su desaparición, Manuel Gutiérrez vestía un pantalón negro, una camisa blanca de cuadros azules, una chaqueta de punto azul y también llevaba un chubasquero verde. Mide 1,67 metros, es de complexión normal, utiliza gafas, y tiene poco pelo moreno y canoso.

Manuel era una persona "muy metódica" y todas las mañanas realizaba la "misma rutina". Salía de casa entre las 11 y las 11.30 horas y acudía a la calle Alta, donde compraba el periódico y tomaba un café o una caña en un bar.

El desaparecido padece una insuficiencia cardiorrespiratoria por la que sus pulmones sólo funcionan al 40 por ciento de su capacidad y que, en ocasiones, impide que su cerebro se oxigene bien, lo que le puede provocar desorientación, desmayos o incluso la muerte.