El Consistorio pretende que cada tribu urbana tenga y encuentre su espacio, igual que ahora, que cada grupo tiene un lugar más o menos establecido. Por ejemplo, los chicos inmigrantes se suelen reunir en la plaza de Punta Umbría (en la Macarena); los de atuendo pijo, por la plaza de Cuba y; los de estética cani, en otros lugares de la ciudad.

El dispositivo policial de ayer (primera noche con la ley) se centró, sobre todo, en la calle Betis. El motivo: «Es uno de los puntos más difíciles porque concentra diferentes tipos de movida», explica a Francisco Fernández, delegado de Gobernación a 20 minutos. Allí hay jóvenes que piden en el bar, pero beben fuera, otros hacen botellón para entrar en la discoteca y otros que van de paso.

Este fin de semana, los dispositivos aumentarán, asegura el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. Algunas zonas serán acotadas desde éste o desde el próximo fin de semana, asegura Gobernación. Pero las quejas siguen. Vecinos del Pumarejo piden que mañana se impida un macrobotellón que al parecer se celebrará en Casas Viejas. El Defensor Andaluz, José Chamizo, advierte de que «hay que tener cuidado» con los botellódromos. «Puede parecer» que los adultos «quieren quitarse de encima» a los jóvenes.