Los dos agentes y el cabo del Área de Recursos Operativos (Arro) imputados por una carga policial durante la huelga general del 14 de noviembre en Tarragona, en la que un menor resultó herido en la cabeza por un golpe de porra, han defendido ante el juez su actuación y que las lesiones producidas fueron involuntarias, han explicado fuentes judiciales.

Durante su declaración como imputados ante el Juzgado de Instrucción 6 de Tarragona se han mostrado convencidos de que su actuación fue correcta y que no se produjo "ningún error", según ha explicado a Europa Press el portavoz del SME-CC.OO., Toni Castejón, sindicato al que están afiliados dos de los policías.

El cabo está imputado por un delito de daños mientras que a los otros dos agentes se les atribuye una falta de lesiones.

Por el momento, la defensa de los Mossos no ha querido dar más explicaciones y Castejón se ha limitado a decir que "no hubo mala praxis" y que si el niño resultó herido fue accidentalmente y sin ninguna intención.

En declaraciones a Europa Press, el abogado del menor herido, Ramon Maria Sans, ha asegurado que los tres imputados han reconocido los hechos —que quedaron grabadas por un periodista— pero han alegado que la herida en la cabeza fue totalmente involuntaria.

Sin embargo, el abogado sí que considera que hubo intención o negligencia en los agentes porque hicieron "un uso irresponsable de la fuerza y de la defensa" porque la utilizaron verticalmente cuando debe utilizarse en paralelo al suelo y golpeando las partes muscularmente protegidas por debajo de la cintura.

Los hechos ocurrieron durante la mañana del 14 de noviembre durante la jornada de cuelga, cuando hubo una carga contra un piquete ante un centro comercial en el que el menor y otra chica recibieron golpes de porra por parte de los Mossos, unos incidentes que fueron grabados por un periodista.

La Dirección General de la Policía defendió que la herida abierta que presentaba el menor fue por el "rebote" de una porra en la mochila de un manifestante al que perseguían los agentes, aunque se abrió un expediente informativo al agente para esclarecer los hechos.

La policía catalana argumentó que en la persecución de un piquete que "había actuado violentamente", un agente cargó en defensa propia contra los 'violentos' y que el rebote de la porra tovó la cabeza de un menor que estaba detrás y fuera de la visión del agente que actuaba.