Casi 2.000 adosados al año, aunque no hay suelo

Las edificaciones de viviendas adosadas y aisladas en el País Vasco siguen imparables, a pesar de que la falta de suelo es una de las causas que más encarece el terreno urbanizable y, por lo tanto, el precio de los pisos.
Durante el año pasado, en el País Vasco comenzaron las obras para la construcción de 1.133 adosados y 929 chalés aislados, según recoge el Ministerio de Fomento a partir de las viviendas visadas por los aparejadores.

Desde el año 2000, el número de estas construcciones se ha mantenido muy similar, y durante 2006, a falta de tres meses para que concluya el año, también se alcanzará este mismo nivel de edificación.

Esta dinámica contradice los consejos de los planes territoriales, que aprueba el Gobierno vasco, y que le marcan a cada comarca las pautas generales para sus políticas de urbanismo.

El plan del Bilbao Metropolitano, por ejemplo, subraya la necesidad de edificar junto a la línea del Metro o de otros transportes urbanos y advierte del peligro que suponen las viviendas adosadas, ya que ocupan mucho suelo y consumen mucha energía. Por ello, sólo permite levantar chalés si están pegados a grandes urbanizaciones.

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