Un total de 81 trenes de viajeros y 14 de mercancías se han visto afectados por el descarrilamiento sucedido el pasado viernes en las proximidades de Casar de Periedo.

Según han informado a Europa Press fuentes de Feve, durante el fin de semana, concretamente desde el viernes 5 y hasta este lunes, se han visto afectados por el corte de la vía 72 trenes de cercanías y nueve regionales Oviedo-Santander. Todos los servicios han salido con transbordo por carretera entre las estaciones de Puente San Miguel y Cabezón de la Sal sin que se haya producido ningún tipo de retraso.

Igualmente desde el viernes y hasta este lunes no han podido circular por el tramo del siniestro 14 trenes de mercancías.

Sin embargo, desde primeras horas de la mañana, cuando se restableció el tráfico entre Casar de Periedo y San Pedro de Rudagüera, de la red de ancho métrico Santander-Cabezón de la Sal, todos los servicios se están ejecutando con normalidad y sin transbordo, si bien los trenes circulan a menos velocidad —20 kilómetros por hora— en el tramo afectado, de 40 metros de longitud. Feve ha precisado que se trata de una restricción de velocidad temporal que se realiza por "precaución".

El primer servicio entre Cabezón de la Sal y Santander partió de la primera localidad a las 7.35 horas de este lunes mientras el primer tren desde la capital cántabra hacia Cabezón lo hizo a las 8.15 horas.

En principio, fuentes de la compañía han indicado a esta agencia que no se ha producido un descenso "acusado" en el número de viajeros, pues a primeras horas los usuarios habituales son trabajadores y estudiantes que han continuado utilizando el tren como medio de transporte.

TRABAJOS

La línea quedó interceptada como consecuencia del incidente registrado en la tarde del pasado viernes, cuando un tren de cercanías se salió de la vía, tras arrollar material desprendido de la ladera próxima.

Las labores para recuperar el servicio se han centraron en el encarrilamiento del convoy, y la reparación que los elementos de la infraestructura afectados. Asimismo, en la zona se han hecho estudios geológicos para conocer el nivel de estabilidad de la pared de piedra de la que se desprendieron las rocas que interceptaron la línea.

Las dificultades de acceso al lugar del incidente y la meteorología, han condicionado los trabajos, por el nivel de humedad del terreno que ha obligando a asentar los puntos de acceso a la zona. Además, se ha precisado el uso de dos grúas para el encarrilamiento del tren, y de un tren taller, así como los efectivos de personal de Adif y Renfe que han estado sobre el terreno.