Villavelayo siempre se ha vanagloriado de tener como hija y patrona a la única santa riojana, Santa Áurea, que nació en la pequeña localidad serrana en el siglo XI, en el año 1043, como recoge el maestro de la lengua castellana, Gonzalo de Berceo, en su obra Vida de Santa Oria.

Todo lo que se conoce de Santa Áurea se debe al monje que fue testigo de su vida y de su muerte en el monasterio de San Millán de la Cogolla, Muño. Murió a los 27 años, al anochecer del 11 de marzo de 1070, emparedada, tras pasar 18 años en este monasterio consagrando su vida a Dios.

Sin embargo, a pesar de la creencia de los vilayos, Santa Áurea podría no ser la única santa nacida en La Rioja, ya que Bezares venera como propias a Santa Alodia y Santa Nunilo, también conocidas como Santa Alodía y Santa Nunilón, de padre musulmán y madre cristiana.

Asimismo, la ciudad aragonesa de Huesca y el municipio de Huéscar, en Granada, reclaman su procedencia. Según un ensayo bibliográfico del catedrático en Historia Ramón López Domech, la razón por la que los riojanos se empeñan en acoger la cuna de las santas es porque allí hubo un monasterio bajo su advocación.

"Realmente nadie hasta ahora se ha preocupado de mostrar qué tipo de monasterio existió allí, qué influjo ha tenido en la historia del pueblo, en la iconografía de su iglesia y de formular el posible origen de su leyenda. Es algo que habría que hacer", señala el estudio.

En el caso de estas santas, lo único cierto, explica López Domech, "es que las reliquias de las santas fueron exportadas desde donde estaban hasta Leyre, que las conservó durante siglos, y acabó devolviéndolas a su lugar de origen o al que se daba por supuesto que lo sería: Huesca de Aragón".

Santa coloma

La cuarta y última santa que una localidad riojana reclama como natural de su municipio es Santa Coloma, que venera a una santa del mismo nombre, muy repetido en el martirologio español. En Cataluña hay una docena larga, y en Galicia otras tantas, de las que la más famosa es la de Bande, que en gallego se llama Santa Comba.

Según 'El Martirium de Santa Coloma', también del catedrático de Historia Ramón López, aunque en esta ocasión ayudado por el párroco de Tricio José Hernáez Urraca, afirma que no hay razón alguna para sostener la existencia de la santa paleocristiana en La Rioja.

Aunque la tradición se empeñe en ella, indica el estudio realizado, "la arqueología sólo nos permite apuntar la existencia de un torreón sepulcral romano en un camino secundario adyacente a la vía entre Tricio y los Carneros".

"La cronología de las piedras romanas y la semejanza con Tricio lo avalan, de forma que podemos pensar que en el siglo V, cuando se extiende el culto a las reliquias con todo su furor (la traída de las de San Esteban, el culto en todo el Valle del Ebro de las de San Babilas o del obispo Caprasio) debió reutilizarse este pequeño torreón para hacer de él un joyero", explica.

Según las investigaciones del catedrático y del párroco, este relicario serviría para albergar las reliquias de la santa para empezar a conglomerar la acción de la iglesia paleocristiana en época de rudimentaria organización, lejos aún de la distribución del territorio alrededor de los monasterios.