El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Secretaría General de Pesca, reabrirá de nuevo la pesquería de la caballa para los buques de arrastre del Cantábrico Noroeste, que se cerró, de manera precautoria, el pasado 29 de marzo, tras el periodo de pesca iniciado el 25 de febrero.

Esta reapertura se realiza tras analizar y cruzar los datos de consumo de distintos orígenes como notas de venta y declaraciones de desembarque para las distintas unidades que participan en la pesquería, ha informado este viernes el departamento de Miguel Arias Cañete.

La reapertura de la pesca de la caballa coincide con el cierre de la pesquería de esta categoría de Portugal, que cerró su pesca el pasado día 3, lo que favorecerá a la pesquería española, que estará pescando sola en el inicio de esta apertura, según informaron a Europa Press fuentes del sector.

De esta se han adoptado distintas medidas de gestión, de conformidad con los acuerdos alcanzados en las reuniones del Grupo de Trabajo del Cantábrico-Noroeste del pasado mes de febrero.

En primer lugar para los buques o parejas que han sobrepasado la cuota atribuida en el reparto individual se ha procedido a la confirmación del cierre de la pesquería decretado el pasado 29 de marzo.

Para las unidades que dispongan aún de cuota pero inferior al tope diario de 7,5 toneladas se permitirá sólo el desembarque de caballa capturada incidentalmente hasta el agotamiento de la cuota, o hasta el 15 de abril, lo que ocurra primero, pero no la pesca dirigida a esta especie al no contar con suficiente cuota para ello.

Para el resto de unidades, se reabre la pesquería de caballa ('Scomber scombrus'), en las mismas condiciones que el pasado 25 de febrero, desde el 8 hasta el 15 de abril, fecha en la que se procederá a revisar el nivel de consumo de cuota y la pertinencia de la apertura de un nuevo período de pesca, repitiendo el ejercicio que se ha realizado hasta la fecha.

Según el Ministerio, este método precautorio de gestión se realiza para evitar rebasar la cuota de cualquier stock y para evitar que se vuelvan a producir situaciones que desemboquen en graves multas, como las impuestas por la sobrepesca en 2009 y 2010, cuyas consecuencias pagará la flota española durante los próximos 10 años.