El ganador de las elecciones italianas, Pier Luigi Bersani, se queda sin opciones para formar un gobierno estable.

Este viernes, el líder del centro-derecha italiano, Silvio Berlusconi, propuso al presidente de la República, Giorgio Napolitano, solucionar la crisis de la formación del nuevo ejecutivo con un gobierno de unidad nacional encabezado por el propio Bersani (centro izquierda) como primer ministro y en el que quedaría excluido el antisistema Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, que hoy es la tercera fuerza parlamentaria.

El nuevo directorio lo integrarían el Partido Democrático de Bersani, que ganó las elecciones el pasado 25 de enero pero no obtuvo mayoría absoluta; el Pueblo de la Libertad de Berlusconi, que se convirtió en el segundo partido más votado pese a los escándalos políticos y judiciales que afectan a su líder; y la Elección Cívica del tecnócrata y aún primer ministro en funciones Mario Monti, que fracasó en las elecciones tras ser impuesto por la 'troika' en sustitución del propio Berlusconi.

"Estamos disponibles para que el Partido Democrático presente su candidatura, tanto si se presenta Bersani como si se presenta otro candidato", afirmó Berlusconi tras reunirse con Napolitano, según la agencia de noticias italiana AGI.

En el encuentro, también participó el principal socio de Berlusconi, el secretario general de la Liga Norte Roberto Maroni. Como 'Il Cavaliere', Maroni rechazó la entrada de Beppe Grillo en el Gobierno, pero también que el tecnócrata Monti sea quien dirija el Ejecutivo: "Estábamos en contra del gobierno de Monti. Imagínese si llega otro gobierno de este tipo. Es mejor que haya elecciones". "Debe ser político. Basta de técnicos", zanjó Berlusconi.

Así pues, las vías que se abren para Italia son una nueva convocatoria de elecciones o que Napolitano convenza a Bersani para liderar el Gobierno de concentración, lo que le obligaría a pactar con el centro derecha, cosa a la que se niega.

Bersani ya rechazó formar Ejecutivo con el Movimiento 5 Estrellas al considerar que Beppe Grillo exigía unas contrapartidas que supondrían que el Partido Demócrata incumpliría su programa electoral.

Después del fracaso de la primera ronda de negociaciones, la iniciativa para solucionar la crisis quedó en manos del presidente de la República. Si Bersani, no acepta la posibilidad de un gobierno de unidad nacional, Giorgio Napolitano decretará la celebración de nuevos comicios, lo que alargará la incertidumbre sobre el país e incidirá en su financiación en los mercados exteriores.