Una familia manchega guarda en su casa un meteorito de 100 kilos durante más de 30 años

  • Lo utilizaban para prensar jamones.
  • Al conocer el hallazgo de otros meteoritos se pusieron en contacto con científicos.
  • Lo habían encontrado en 1980 y creían que se trataba de chatarra bélica.
Los hermanos Asensio López junto al ejemplar de meteorito.EFE/Beldaz
Los hermanos Asensio López junto al ejemplar de meteorito.EFE/Beldaz
Beldaz / Efe
Los hermanos Asensio López junto al ejemplar de meteorito.EFE/Beldaz

Una familia de Ciudad Real ha guardado en su casa, durante más de tres décadas, un meteorito metálico de 100 kilos pensando que era chatarra bélica, según han confirmado el CSIC y el Instituto Geológico Minero de España (IGME).

Faustino Asensio encontró este meteorito, de pequeñas dimensiones (45x31x20 centímetros), en 1980 en un campo de labor y pastoreo próximo a Retuerta del Bullaque, en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real), mientras cuidaba el ganado con su padre. Al creer que se trataba de chatarra bélica, lo guardó en su casa durante treinta años e, incluso, aprovechó su importante peso para prensar jamones.

Sin embargo, al conocer el hallazgo de otros meteoritos en distintos lugares del mundo, la familia Asensio-López se puso en contacto con el Instituto de Geociencias del CSIC, que dirige el estudio geológico y peleontológico del Parque Natural para que realizasen los análisis que, finalmente, han confirmado que se trata de un auténtico siderito (meteorito metálico).

Los estudios realizados sobre la pieza han determinado, según ha explicado el investigador Rafael Lozano, que "se distinguen aleaciones complejas de hierro y níquel (taenita-kamacita) más carburo de ambos metales (cohenita), todos ellos cristalizados a elevada presión y temperatura", además de "otros minerales raros, como troilita (sulfuro de hierro en nódulos) y schreibersita (fosfuro de hierro y níquel)".

Por otro lado, los expertos deducen que la caída del meteorito se remonta a tiempos prehistóricos, probablemente antes de que se formase la red fluvial actual. De esta forma, el investigador Juan Carlos Gutiérrez Marco explica que "el objeto permaneció enterrado y por ello sobrevivió a las épocas de mayor sed de metales entre las civilizaciones documentadas en la zona, hasta una fecha relativamente reciente, en que su exhumación se vio favorecida por el continuado labrado de los campos".

La Sociedad Internacional de Meteorítica y Ciencia Planetaria ha clasificado este meteorito, que ha sido atribuido a fragmentos del núcleo de planetoides progenitores del Cinturón de Asteroides existente entre Marte y Júpiter, como el número 29 de los confirmados para España, el cuarto metálico, tras los descubrimientos de Quesa (Valencia, 1898), Colomera (Granada, 1912) y La Almunia (Zaragoza, hacia 1950), y el número 84 del registro mundial para esta categoría.

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