Prosigue este miércoles el juicio por presunto acoso sexual y amenazas a trabajadoras extranjeras

El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva acoge este miércoles a partir de las 9,30 horas la segunda sesión el juicio contra tres hombres --J.A.V.P., F.A.V.P. y F.V.Z.,-- acusados de cometer 25 delitos contra la integridad moral, un delito continuado contra los derechos de los trabajadores por imposición coactiva de condiciones laborales, cuatro delitos de acoso sexual, cinco faltas de maltrato de obra y dos de amenazas a 24 trabajadoras extranjeras y a un trabajador, de distintas nacionalidades, contratados para trabajar en una finca propiedad de uno de los acusados.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva acoge este miércoles a partir de las 9,30 horas la segunda sesión el juicio contra tres hombres —J.A.V.P., F.A.V.P. y F.V.Z.,— acusados de cometer 25 delitos contra la integridad moral, un delito continuado contra los derechos de los trabajadores por imposición coactiva de condiciones laborales, cuatro delitos de acoso sexual, cinco faltas de maltrato de obra y dos de amenazas a 24 trabajadoras extranjeras y a un trabajador, de distintas nacionalidades, contratados para trabajar en una finca propiedad de uno de los acusados.

En esta segunda sesión está prevista la proyección de otro vídeo con los testimonios de las presuntas víctimas, así como la exposición de los informes de las defensas y del Ministerio Fiscal, según han informado a Europa Press fuentes de la investigación.

Durante la primera sesión, celebrada la pasada semana, los acusados de acoso sexual y amenazas a trabajadoras negaron los hechos y aseguraron ser inocentes de estas acusaciones.

En esta sesión, los letrados de los acusados solicitaron la suspensión del juicio ante la falta de testigos, que no han sido localizados, sin embargo el Ministerio Fiscal y la juez se negaron a ello, tras dos suspensiones en octubre de 2011 y abril de 2012.

Por su parte, J.A.V.P., que se dedica a la comercialización de la fruta y que no tiene ningún contacto con las trabajadoras, según indicó, negó cualquier tipo de altercado con alguna de ellas ni con el único denunciante varón, y manifestó que "nunca entró en las casas donde viven las trabajadoras, ni golpeó ni apuntó a nadie con ninguna escopeta".

También se pronunció sobre el día en que estas trabajadoras interpusieron una denuncia por los hechos ante la Guardia Civil de Palos de la Frontera y dos agentes se personaron en la finca. De este día, F.A.V.P., aseguró que se puso "nervioso" y la Guardia Civil le dijo que se fuera.

Uno de estos agentes indicó que se personó en la finca, junto a un compañero, ante los testimonios de las trabajadoras, que estaban "muy nerviosas, con miedo y querían irse", indicando además que incluso "hubo un forcejeo con un trabajador y los agentes tuvieron que intervenir". Tras ello, se llevaron a las estas trabajadoras al cuartel para que interpusieran la denuncia. El otro agente también declaró, pero ha ratificado el atestado, ya que no recordaba apenas los hechos.

El acusado F.A.V.P., negó "las amenazas e insultos" a estas trabajadoras y aseguró que "la finca siempre está abierta y la gente entra y sale libremente", una cuestión que las trabajadoras niegan en el vídeo.

Por su parte, F.V.Z., el dueño de la finca, encargado de recoger a las temporeras, de tramitar su contrato y de recoger su documentación, también negó los hechos y aseguró que "no hace falta que pidan permiso para hacer sus necesidades, sino que van cuando quieren".

A su vez, señaló que en la finca en temporada alta puede trabajar un centenar de personas, negó la petición de favores sexuales para garantizar la continuidad del trabajo de las empleadas y ha manifestado que su mujer, que lleva el control de calidad, trabaja en la finca con él, y aseguró que, respecto al sueldo y horarios, se ajustan al convenio establecido.

Los testimonios de las trabajadoras denunciantes fueron grabados en un vídeo al día siguiente de interponer la denuncia, que fue emitido en sala. En el mismo, una trabajadora asegura que fue "golpeada con una caja de fresas en la cabeza" y que esquivó un golpe con una garrafa, así como que fue "chantajeada con la compra de ropa, pero aseguró que venía a trabajar". A su vez, citó insultos referidos por parte de los acusados y que ha vuelto a trabajar con ellos —ya que trabajó en la misma finca en 2008— porque esta empresa "pidió a estas trabajadoras y se quejó a Asaja". Las demás trabajadoras corroboraron estos hechos, así como que las horas extras "no son pagadas".

Los hechos,

Según la fiscalía

Según reza en el escrito del fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan al año 2009 y el Ministerio Fiscal asegura que el trato de los acusados con estas trabajadoras era "permanentemente agresivo y despectivo, afectando de este modo gravemente a la propia autoestima de los citados".

Del mismo modo, estas personas sometían a estas empleadas en la jornada laboral a "una vigilancia estrecha hasta el punto de obligarlas a hacer sus necesidades en el mismo campo y prohibiéndoles ir a sus alojamientos a buscar agua, de forma que no podían abandonar el puesto de trabajo ni siquiera en los casos de mareo o fatiga por la sed".

Igualmente, según relata la Fiscalía, los acusados "faltaban el respeto a la intimidad" de las trabajadoras al entrar en sus aposentos sin el consentimiento de las mismas, haciendo uso "en algunas ocasiones de la fuerza física y exigiendo en otras favores sexuales para garantizar la continuidad del trabajo de las empleadas".

Al mismo tiempo, estos tres acusados "imponían mediante amenazas y coacciones condiciones laborales abusivas tales como efectuar diez horas diarias; no respetar el tiempo mínimo para el almuerzo; no permitirles días libres y no pagar las horas extras".

En uno de estos episodios, concretamente cuando fue despedido un trabajador rumano que trabajaba en la citada finca "tras amenazarlo con una escopeta de caza", varias empleadas se encerraron durante dos días en sus viviendas "atemorizadas" cuando hizo acto de presencia una pareja de guardias civiles, momento en el que uno de los acusados se dirigió al citado trabajador diciéndole que "abandonara la finca o acabaría con su vida".

Por todo ello, la Fiscalía ha pedido 90 años de prisión entre los tres acusados por los delitos supuestamente cometidos, así como el pago de 1.140 euros por las faltas de maltrato de obra y de amenazas.

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