Medio centenar de artistas se agrupan para reinterpretar el viaje de Dorothy al mundo de Oz

  • "Not in Kansas anymore" es una exposición colectiva 'online' sobre el libro publicado en 1900 por L. Frank Baum.
  • Los artistas e ilustradores participantes, todos estadounidenses, añaden a los personajes detalles grotescos o sórdidos, pero con un fascinado respeto por la obra.
  • La muestra coincide con el estreno en cine de la precuela "Oz, un mundo de fantasía", dirigida por Sam Raimi y producida por Disney.
El camino de baldosas amarillas está roto en el bibujo de Nathan Ota
El camino de baldosas amarillas está roto en el bibujo de Nathan Ota
© Nathan Ota / Nucleus Gallery
El camino de baldosas amarillas está roto en el bibujo de Nathan Ota

De interminable calado en la cultura popular adulta y el imaginario contemporáneo pese a tratarse de un libro para niños, El maravilloso mago de Oz (The Wonderful Wizard of Oz), publicado por primera vez en mayo de 1900, sigue despertando pasiones, siendo sujeto de interpretaciones y puntos de vista y, sobre todo, promoviendo obras de arte en disciplinas distintas. El último resultado del paso de la obra por la trituradora creativa es una exposición online donde medio centenar de artistas plásticos, casi todos jóvenes, reinterpretan el viaje de la niña campesia y huérfana Dorothy Gale a la Tierra de Oz.

Not In Kansas Anymore (Nunca más en Kansas) es una iniciativa de la Gallery Nucleus, especializada en montar muestras temáticas para vender obras por Internet. Esta vez se han fijado en El maravilloso mago de Oz, porque se trata, dicen, "de una de las historias más conocidas y amadas de cultura popular estadounidense", y han invitado a un grupo de más de cincuenta artistas para "conmemorar las muchas aventuras, adaptaciones y legado de más de un siglo de Dorothy y sus amigos en Oz".

Valores del 'ethos' estadounidense

Que el libro de Baum es una especie de intocable caja de resonancia de ciertos valores muy bien encajados en el ethos de los EE UU (valentía, confianza en uno mismo, capacidad de sobreponerse a la adversidad, frutos de la constancia...) queda claro en la forma en que los pintores, ilustradores y dibujantes reunidos por la galería tratan a los protagonistas de la obra. Pese a que casi todos los artistas proceden de la escuela del lowbrow y, por ende, se mueven en el terreno del surrealismo grotesco y los trazos sórdidos, la mayoría se adentra en la reinterpretación plástica de los personajes con un fascinado respeto.

Hay, como mucho, algún detalle de acercamiento a los patrones del cómic y una que otra revisión crítica de la hiostoria, como la de Nathan Ota, que presenta una escena sombría del camino de baldosas amarillas roto y el hombre de lata sin corazón abandonado bajo la lluvia.

Entre los artistas que participan en Not In Kansas Anymore—el título hace referencia al lugar donde la protagonista vive en una granja agrícola con sus tíos, en el estado con una forma de vida más apegada a la tierra de los EE UU— están Andrea FernandezBill Carman, Christopher Rocha, Michal Wright-Ward, Andrea Rossi, Naoto Hattori, Richard Kirk, Amélie Fléchais ,Robert Doucette y Alina Chau. Todos son estadounidenses o residentes en los EE UU.

Superproducción de Disney

La exposición ha buscado un buen momento para volver a Oz. Se acaba de estrenar (en España está anunciada para finales de marzo) otra película basada en la historia original: Oz, un mundo de fantasía, una superproducción de Disney dirigida por Sam Raimi y protagonizado por James Franco y Rachel Weisz. Se trata de una precuela que sitúa la acción veinte años antes del viaje de Dorothy.

Aunque ha sido objeto de numerosas interpretaciones —entre ellas que el libro responde a una forma de presentar alegóricamente el enfrentamiento político, a finales del siglo XIX, entre los partidarios del patrón oro y los del bimetalismo—, El maravilloso mago de Oz entró en la historia de la literatura como la primera obra infantil que se desarrolla en paisajes estadounidenses y no en lugares inspirados en escenarios europeos. Una adaptación musical de Broadway en 1902 y la película de 1939 interpretada por Judy Garland elevaron la fábula local a carácter universal. La obra es deominio público desde 1956.

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