"Nunca más verán a la reina fumar en público", declaró al diario Lis M. Frederiksen, portavoz de la Casa Real danesa.

Ya la pasada semana, durante la recepción anual en la Universidad de Copenhague, causó sorpresa que Margarita II, presente en el acto, no fumara ningún cigarrillo, en contra de lo que hasta ahora era su costumbre habitual y que le ha valido no pocas críticas.

Algunos tabloides daneses han señalado la incoherencia que suponía compaginar su condición de protectora de organismos como la Asociación para la Lucha contra el Cáncer con la de fumadora en público, incluso en actos de esta organización.

No obstante, Frederiksen reconoce que la monarca danesa, de 66 años, sigue fumando en privado. Aparte de las críticas de los medios de comunicación, Margarita II se ha visto también presionada por su familia, ya que tanto su marido, el príncipe consorte Enrique, como su hijo mayor, el príncipe Federico, dejaron de fumar hace un par de años, según "Ekstra Bladet".

Y otros empedernidos consumidores de cigarrillos de la realeza escandinava, como el rey Harald de Noruega, también se han sumado al club de los ex fumadores.

Dinamarca se sumará además el próximo abril a los países que aprueban leyes antitabaco, con una normativa que prohibirá fumar en el trabajo y en lugares cerrados, aunque con excepciones. También hay quien especula con los recientes achaques de salud de Margarita II -en los últimos meses se le implantó una prótesis en la rodilla izquierda y fue operada de une hernia- para buscar una causa a su decisión de fumar menos, aunque la reina nunca ha expresado públicamente que vaya a dejar su hábito completamente.