Cuando escucha el término electro pop enrojece y reivindica su calidad de cantautora. Julieta Venegas ha vuelto con Los momentos, un álbum lleno de luz que envuelve la dulzura de la mexicana con divertidos toques electrónicos —aunque lo niegue— y una mirada más atenta al exterior. Está contenta con el resultado, que llegará a las tiendas el próximo 19 de marzo.

Además del tecno pop, ¿qué ha entrado en su vida con este disco?

Quiero aclarar que no me he pasado al mundo de la electrónica, aunque la electrónica me encanta. El disco Los momentos sigue siendo un álbum de canciones, de cantautora. He vestido esos temas de forma diferente y los sintetizadores están más presentes, pero no trato de convertirme en una diva del electropop.

El disco está lleno de romances que se dejan escapar o frustrados. ¿El desamor es más inspirador que el amor?

En este momento quería expresar un sentimientos de pérdida y de anhelo. Este disco es más triste que otros. No habla tanto de mí sino de que lo que me rodea, del mundo, de la situación que atraviesa mi país.

En el tema 'Vuelve' echa mano de un ritmo urbano para explicar lo que ocurre en una ciudad. ¿Habla de Tijuana, donde nació?

Hablo de México en general. Un amigo español me escribió para ver si era seguro visitar una ciudad de allí y aquello me empujó a escribir. Quería explicar que no hay que dejarse atenazar por el miedo porque este puede hacer que te pierdas vivencias y viajes injustamente. Es cierto que la situación por allá es complicada pero hay que luchar contra ese temor. Si solo viéramos los noticieros, no saldríamos de casa.

¿Y cómo se ve desde allí el futuro?

No lo sé... creo que ahora lo que toca es sobrevivir, encontrar la manera de salir adelante. Como también sucede aquí...

¿Ha notado muchos cambios en España desde la última vez que la visitó?

Se ve a la gente muy cansada con lo que está ocurriendo. A los que se dedican a la música, que son con los que yo tengo más contacto, la crisis les ha pegado muy duro. Son momentos difíciles.

Varios premios Grammy y 10 millones de discos vendidos. ¿Se puede vivir con esto sin que uno se vuelva un poco majara?

Sí, porque nunca lo piensas, no me parece importante. Son reconocimientos muy lindos que me han llegado pero yo prefiero mirar a lo que viene, no a lo que ya hice.

¿Cree que existe la 'música femenina', igual que algunos hablan de 'literatura femenina' como si fuera un género?

No. Y no me gusta que se etiquete la música o la literatura o el cine por el sexo de quien lo hace. Creo que cuando se marcan esas diferencias hay una cierta intención peyorativa. Este tema nos llevaría a un debate más grande, el del papel de las mujeres en el mundo. Todavía falta mucho por hacer. Por suerte, a lo largo de mi vida he tenido muy buenos compañeros a quienes no les importaba si yo era mujer u hombre. Tengo una visión de la música muy personal y por eso me ha costado encontrar mi lugar y acomodarme, pero no por ser mujer, sino por ser rara para hacer mis cosas.

¿Por qué dijo en una ocasión que estaba contenta de no haber compuesto ninguna canción de Muse? ¿No son tu tipo?

No me gustan para nada por épicos y pretenciosos. Hay grupos épicos que me gustan, pero esos, nada.

Quienes creo que sí le han encantado han sido Lorena Álvarez y su Banda Municipal. ¿Qué otras propuestas españolas le han llamado la atención?

La Bien Querida y Pegasvs. Y tengo ganas de escuchar lo nuevo de Fangoria y Kiko Veneno.

A los músicos españoles les encanta ir de gira por Latinoamérica por la pasión de sus fans y porque la piratería allí no es tan feroz como en España. ¿Lo comparte?

Puede que el público latinoamericano sea más cariñoso y espontáneo. Disfruta mucho, todo es muy intenso, se entrega hasta un nivel de locura. El público español es más respetuoso, es muy lindo pero diferente. Respecto a la piratería, no es verdad que haya menos, sino que hay más gente. En México la piratería ha llegado a suponer el 70% del negocio de discos: mientras aquí había unas cuantas mantitas con CD piratas, allí había almacenes enteros donde comprar. Lo que pasa es que somos más y todo se diluye.  Además, los músicos no podemos estar solo fijándonos en la piratería.

¿Usted como la afronta?

No hay que pensar en ella, que se preocupen los que se tienen que preocupar: las discográficas y las sociedades de autores, como la SGAE. La música no está en crisis, lo que está en crisis es la industria musical. Ahora las posibilidades se han ampliado y una persona puede grabar un disco en su casa y luego divulgarlo a través de YouTube, venderlo en iTunes y darlo a conocer en espacios que no son los tradicionales. Hay que adaptarse a Internet, un invento que ya lleva años funcionando y que ha cambiado el modo en cómo se hace el márketing, la manera de lanzar un disco o la distribución. Las cosas volverán a civilizarse.

¿Pero a usted no le afecta que no compren legalmente su disco?

Casi ningún artista cobra por el número de discos que vende. La principal entrada de dinero es por tocar, por la actuación en directo. Siempre ha sido así.

Me sorprendió que revelara una vez que en casa de sus padres había un régimen "fascistoide". Ahora que es madre, ¿entiende por qué le racionaban las fiestas o usted será más liberal con su hija?

Creo que la gente que ahora somos padres somos muy diferentes de aquella generación. Quiero pensar que hemos cambiado para bien.  A la vez, te das cuenta de que criar un hijo es muy difícil y lo haces lo mejor que puedes. Por eso no juzgo a mis padres, ahora menos que nunca.