El poderoso arte 'outsider' de dos antiguos esclavos y un paciente psiquiátrico con esquizofrenia

  • "Cosas grandes y poderosas" muestra de una de las más importantes colecciones privadas de arte ajeno a lo académico y al convencionalismo.
  • La exposición reúne más 200 obras realizadas con métodos y materiales no habituales, desinterés por los circuitos comerciales y falta de aprendizaje reglado.
  • Entre los artistas destacan Bill Traylor, nacido esclavo en una plantación de algodón, y Martín Ramíerez, que pintó durante un largo internamiento en un psiquátrico.
Pintura de Jon Serl incluida en la exposición
Pintura de Jon Serl incluida en la exposición
Philadelphia Museum of Art, The Jill and Sheldon Bonovitz Collection. Photography by Will Brown
Pintura de Jon Serl incluida en la exposición

Bill Traylor (1854-1949) nació en una plantación de algodón de Alabama, en el sur de los EE UU.  Él y toda su  familia fueron esclavos hasta la emancipación que liberó a cuatro millones de negros, pero se quedaron labrando la explotación donde habían vivido. A los 85 años, cuando la edad y los cahques ya no le permitían dedicarse al campo, Traylor se fue a la ciudad de Montgomery. Vivía de la solidaridad ajena, dormía en los almacenes de una funeraria y una zapatería y se dedicaba a pintar.

En cuatro años el antiguo esclavo hizo 1.500 dibujos: recuerdos de la vida en la granja, esquemáticas siluetas de animales de colores planos en las que es posible discernir una técnica modernista que no aprendió de nadie. Las obras eran tan frescas, poderosas y fascinantes que los marchantes pronto se fijaron ellas. Cuando murió, el artista había participado en decenas de exposiciones y sus dibujos habían sido adquiridos por museos como el MET, que tiene seis de sus obras en la colección permanante.

Crear desde la humildad

Traylor es uno de los ejemplos más claros del outsider art (en español se suele traducir por arte marginal), una forma no siempre justa de etiquetar las obras realizadas por visionarios, aficionados, toxicómanos, locos y otros creadores espontáneos y autodidactas. Aunque algunos han alcanzado cierto renombre —por ejemplo, los fotógrafos Miroslav Tichý y Lee Godie—, la mayoría son personajes que siguen en el anonimato y, dejando en evidencia la frecuente egolatría de los artistas serios, viven para crear desde la humildad y el silencio, comprometidos en cuerpo y alma con su obra.

Great and Mighty Things (Cosas grandes y poderosas), en el Philadelphia Museum of Art (EE UU) hasta el 9 de junio, exhibe más de 200 obras de outsider art estadounidense. La muestra pone a la vita del público por primera vez la colección personal de Jill y Sheldon Bonovitz, una de las más importantes del país en manos privadas, que acaba de ser regalada a la pinacoteca por los propietarios. Bonovitz es un magnate de las telecomunicaciones que presidió la empresa Comcast.

Tres décadas en un psiquiátrico

La exposición, que reúne obras de entre 1930 y 2010, tiene, además de obras de Traylor, piezas de algunos de los más conocidos artistas autodidactas, entre ellos Martín Ramírez (1895-1963), un empleado ferroviario nacido en México, que pasó las últimas tres décadas de su vida internado en un hospital para enfermos mentales de California al serle diagnosticada una esquizofernia paranoide. En el psiquiátrico Ramírez pintó centenares de cuadros obsesivos con patrones geométricos que recuerdan a los trazados ferroviarios y referencias religiosas del profuso santoral mexicano.

La técnica de Ramírez, que utilizaba materiales rudimentarios que recogía o encontraba abandonados junto con pedazos de papel y recortes de revistas, dice mucho de las técnicas nada académicas de los artistas outsider, desdeñosos sin pretenderlo hacia los academicismos y los circuitos comerciales y sus tendencias. En Great and Mighty Things pueden verse obras compuestas con ceniza de estufa o trozos de madera recoletados de vertederos. Todos los artistas, frecuentemente residentes en zonas rurales o apartadas, sólo necesitan lo que hallan en su entorno para componer sus piezas.

Escultor con un pico ferroviario

Otro creador notable presente en la muestra es William Edmondson (1874-1951), también nacido como esclavo. Escultor de grandes dotes expresivas, utilizaba un viejo pico ferroviario como cincel para tallar grandes piedras calizas. Edmondson fue el primer artista negro en exponer individualmente en el MoMA, en 1937.

"Esta exposición muestra cómo el arte de calidad pueden ser creado por personas sin capacitación formal, con conexiones limitadas o nulas con los marchantes, críticos, galerías, museos y escuelas. Creo que los visitantes podrán descubrir aspectos nuevos y sorprendentes del arte de de los siglo XX y XXI de los EE UU", señala la coordinadora de la muestra, Ann Percy.

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