"Parece que hay buena predisposición, pero yo ya no me creo nada". Con este escepticismo encaraba este miércoles sus primeras horas encadenada en la céntrica plaza de la Virgen de Valencia, junto al Palau de la Generalitat, Dolors Carrasquilla, una mujer de 43 años afectada por una infección crónica del hueso que le obliga a estar la mayor parte del tiempo en una silla de ruedas.

El problema de Dolors tiene su origen en el año 2010, cuando se trasladó a vivir a Sagunt (Valencia) desde Cataluña. A consecuencia de su enfermedad, le habían concedido el grado de "gran invalidez", por el que le ofrecían asistencia diaria, alimentos y le pagaban 1.050 euros al mes.

Tras llegar a la Comunitat, le rebajaron el grado a una "invalidez absoluta" y dejaron su prestación en 700 euros. Ella denuncia que la "estrategia" de las administraciones es que "no recortan las pensiones, sino los grados", lo que finalmente se acaba traduciendo en un descenso del dinero que perciben las personas dependientes.

De esos 700 euros viven cuatro personas: ella, sus dos hijos y la pareja de uno de ellos. Además, paga el alquiler y los medicamentos que necesita para su dolencia. Dolors se ha encadenado en el centro de la plaza a las 12.00 horas.

A primera hora de la tarde, según ha relatado por la tarde a 20 minutos, ha hablado con la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, quien se ha comprometido, siempre según su versión, a "intentar mediar con el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS)", a quien compete emitir la resolución definitiva.

"No me voy a mover de aquí hasta que no tenga la resolución. Si no tengo una solución, el próximo lunes iniciaré una huelga de hambre", ha añadido Carrasquilla.

Dolors ha seguido el ejemplo de Elvira Murcia (en la imagen, la primera por la derecha), quien se encadenó a las rejas del Palau en protesta por los impagos de la Generalitat al sector de la dependencia. Murcia acudió ayer para apoyar a Dolors y devolverle el respaldo que le mostró durante aquellos días.

Miembros de la Coordinadora de Asociaciones de Lucha contra el Sida de la Comunitat Valenciana se volvieron a concentrar este miércoles por tercera vez en un mes frente a la Conselleria de Sanidad. Exigen cobrar la deuda acumulada desde 2011, que alcanza ya los 1,4 millones de euros. Mostraron muñecos ahorcados que simbolizan la "asfixia económica" que sufren.