El panorama que deja Chávez en América: de la revolucionaria Cuba al 'imperialista' EE UU

  • El presidente de Venezuela ejercía un liderazgo claro en Latinoamérica, tanto por su carisma personal como por los recursos que manejaba.
  • Las alianzas que forjó quedan ahora en el aire, muchas de ellas basadas en el petróleo y en la economía, además de la afinidad ideológica.
  • Rafael Correa podría recoger el testigo de su 'revolución bolivariana'; Brasil podría, por su parte, erigirse en líder económico en todo el sur.
Fotografía de archivo del 30 de septiembre de 2008 que muestra al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, junto a sus homólogos de Bolivia, Evo Morales; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Ecuador, Rafael Correa, durante un encuentro en Manaos, Brasil.
Fotografía de archivo del 30 de septiembre de 2008 que muestra al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, junto a sus homólogos de Bolivia, Evo Morales; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Ecuador, Rafael Correa, durante un encuentro en Manaos, Brasil.
EFE/Raimundo Valentim
Fotografía de archivo del 30 de septiembre de 2008 que muestra al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, junto a sus homólogos de Bolivia, Evo Morales; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Ecuador, Rafael Correa, durante un encuentro en Manaos, Brasil.

La muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, deja un vacío dentro y fuera del país. El liderazgo que el dirigente bolivariano ejercía en la región será, a todas luces, insustituible, tanto por cuestiones carismáticas personales como de recursos nacionales.

Sus aliados más acérrimos, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y, por supuesto, Cuba, incondicionales en su lucha "contra el imperialismo" y la política "intervencionista" de Estados Unidos en Latinoamérica, intentarán que el proyecto socialista y nacionalista del expresidente no se vaya con él, aunque desde que cayó enfermo y otros mandatarios, más moderados, comenzaron a destacar internacionalmente, su figura había perdido peso.

Queda, por lo tanto, a merced de otros dirigentes y proyectos de Gobierno la continuidad de los bloques que Chávez impulsó, como la Alianza Bolivariana (Alba), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC). La UE ha destacado la "contribución a la integración regional en Suramérica" del venezolano, así como su "desarrollo social".

Algunos medios de comunicación califican este jueves a Hugo Chávez en sus análisis y perfiles como el último revolucionario. La continuidad del proyecto de Chávez en Latinoamérica está comprometida por la situación de sus aliados y también por sus enemigos.

El petróleo y Cuba

El analista colombiano Carlos Hernández asegura que Chávez trató de revivir "un comunismo desprestigiado" que y su apoyo a varios países se basó "siempre en su fuerte ayuda económica"; por esa razón, tras su muerte, "su proyecto político en la región queda debilitado".

La incertidumbre acecha, por ejemplo, a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) —que también incluye a países como Ecuador, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda— y a Petrocaribe, acuerdo por el que Caracas suministra crudo a varios países en condiciones de financiación ventajosas. La proximidad ideológica y la económica entre Venezuela y algunos vecinos han ido muy unidas.

El país en el que Chávez fue tratado de su cáncer, Cuba, ha expresado su "eterna lealtad" al expresidente. Siempre con el Che Guevara en la boca, Chávez es considerado un "hijo" político de Fidel Castro, además de su principal aliado en el siglo XXI.

Cuba vive ahora su propia una transición, con Fidel fuera de juego y un Raúl Castro que ha puesto fecha límite a su mandato: 2018. El Gobierno cubano, además, está inmerso en un plan de reformas económicas para "actualizar" su modelo socialista, en el que Venezuela jugó un papel muy importante tras los años del Periodo Especial declarado tras la caída del bloque soviético y que sumió a la isla en una grave crisis.

Con Chávez, la isla ha recibido diariamente 100.000 barriles de petróleo y, a su vez unos 45.000 cubanos, la mayor parte relacionados con el sector sanitario, secundan planes sociales médicos y deportivos en Venezuela.

Bolivia, Nicaragua y Ecuador

Otros dos amigos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, países con tasas de pobreza del 50%, también se han beneficiado de los bajos precios que les ofrecía Chávez.

Según BBC Mundo, en su primera visita a Caracas en 2006, Evo Morales, presidente de Bolivia, suscribió siete acuerdos bilaterales con Venezuela, incluyendo uno para el suministro de 200.000 barriles diarios de combustibles.

Tras la desaparición de Chávez, por lo tanto, la preocupación de los países que reciben ayudas de Venezuela es creciente. Venezuela tiene en su territorio el equivalente a 297.600 millones de barriles en reservas comprobadas de petróleo y en 2011 envió petróleo a 16 países, según Universia Knowledge@Wharton. Esto da una idea del liderazgo que Chávez llegó a tener en la zona, ahora en el aire.

Para Bolivia, en concreto, los analistas coinciden en que la desaparición de Chávez va a suponer un "debilitamiento". Morales, muy afectado por la muerte de Chávez, ha hablado de él como "el comandante de las fuerzas libertarias de los pueblos del mundo". Fue su mentor político.

En cuanto a Nicaragua, otro gran aliado, la oposición en ese país ha advertido sobre un posible impacto de la muerte de Chávez en su economía. Los fondos de la cooperación venezolana, que son administrados al margen de la ley del presupuesto de Nicaragua, sumaban hasta el primer semestre del año pasado 2.599,4 millones de dólares desde que el líder sandinista asumió al poder en 2007, según cifras oficiales.

Venezuela también se ha convertido en el segundo destino de las exportaciones de Nicaragua, sólo superado por Estados Unidos. Nicaragua, utiliza los fondos venezolanos para financiar un subsidio energético, subvencionar el transporte público, sufragar viviendas y asistencia humanitaria, entre otros.

El presidente de Ecuador, por último, es el mejor posicionado para continuar con el legado socialista de Chávez, sobre todo al frente de la Alianza Bolivariana. El 18 de febrero Rafael Correa fue reelegido y dedicó su victoria al venezolano. Si Correa quiere asumir su papel, tendrá hacer equilibrios entre las nacionalizaciones energéticas, los problemas económicos —sobre todo en relación a la inversión extranjera—, las altas tasas de violencia y las relaciones con Estados Unidos.

Brasil, Argentina, México

La repercusión de la muerte de Chávez en Brasil y Argentina no va a ser, según varios analistas, tan importante como en los países antes mencionados, más dependientes Venezuela económica y políticamente.

"Ambos países (pilares del Mercosur, que incorporó recientemente a Venezuela) tienen un discurso político y un motor económico autónomo, por lo que la ausencia de Chávez no influye directamente sobre ellos", según el politólogo colombiano Carlos Hernández. Tanto Cristina Kirchner como Dilma Rousseff están, recuerda The Guardian, entre los dirigentes de izquierdas influidos por la política de Chávez.

Pero mientras Argentina acusa su inestabilidad económica —Venezuela también la ayudó en el pasado, así como a Uruguay, según explica BBC Mundo— y política, Brasil se proyecta como nuevo líder de la región. El resultado de las tensiones políticas en Argentina, asegura el analista Rosendo Fraga , "determinará si es posible o no el proyecto de reformar la Constitución para cambiar el modelo ideológico del país y permitir otro mandato de Kirchner en 2015".

planes de gobierno de centroizquierdaPor su parte, la presidenta brasileña y el peruano Ollanta Humala "tomaron distancia de Chávez" y han implementado planes de gobierno de centroizquierda, que hasta el momento han sido exitosos en sus países, añade el analista político colombiano Alfredo Range.

Económicamente, Brasil podría figurar en los próximos años entre las diez primeras economías del mundo, según la experta de FRIDE Susanne Gratius. Otra cosa es que haya unidad en la región. Según Gratius, "los altos niveles de violencia y el populismo" contribuyen a las divisiones en América Latina.

"Si continúa la tendencia actual, la violencia que ha alcanzado cifras récord en El Salvador, Honduras, Guatemala y Venezuela y aflige a gran parte de México, continuarán afectando la gobernabilidad y mermando el crecimiento económico". "Asimismo", añade, "líderes populistas están al frente de países como Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela".

Cree, sin embargo, que "Venezuela seguirá siendo un país clave en la región". Gratius punta a que en América Latina se percibe una división entre una América del Sur (la de Mercosur y Unasur) liderada por Brasil y una América del Norte (Central, México y el Caribe) "interdependiente con Estados Unidos".

Colombia, Chile

Algunos gobiernos más alejados ideológicamente de Chávez también han expresado su dolor por la muerte del venezolano.

Colombia, potencia considerada emergente junto a Perú, recondujo las relaciones con Venezuela en 2010 y hoy el presidente Juan Manuel Santos ha elogiado la ayuda de Chávez para avanzar "en un proceso sólido de paz" con las FARC. "Todos saben que tuvimos muchas diferencias al principio, en nuestra visión de la economía, en nuestro ejercicio de Gobierno, en nuestra comprensión del progreso social", ha dicho.

Otro con el que Chávez tuvo diferencias fue el presidente chileno Sebastián Piñera, aunque el mandatario ha dicho que "siempre" supo "apreciar la fuerza, el compromiso con la cual el Presidente Chávez luchaba por sus ideas".

La tensión con Estados Unidos

Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela han estado llenas de desencuentros desde que el presidente Hugo Chávez llegó al poder en 1999 y a pesar de la fuerte dependencia comercial: las exportaciones petroleras de Venezuela al país norteamericano superaron en 2011 los 40.000 millones de dólares.

Las relaciones entre ambos países, tradicionalmente estrechas, comenzaron a deteriorarse a raíz del golpe de Estado que derrocó brevemente a Chávez en abril de 2002. La "tibia" reacción de Estados Unidos y su apoyo al efímero Gobierno surgido del golpe fue interpretada por Venezuela como una prueba de que la Administración de Bush estuvo "detrás" de la intentona.

Chávez no cesó de denunciar la política "intervencionista" de Estados Unidos, animando a la región a unirse a su cruzada contra "el imperio". George W. Bush, que ocupó la presidencia de Estados Unidos entre 2000 y 2008, fue el principal objetivo de sus críticas y lo tildó incluso de "genocida y loco".

Con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca en 2009, Chávez expresó su esperanza en un cambio en la política de Estados Unidos hacia su país y de una normalización de las relaciones bilaterales. Obama dijo en varias ocasiones que quería mejorar las relaciones con Venezuela y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, llegó a reconocer que la política de Bush de aislar a ese país no había funcionado.

La relación bilateral, congelada desde la retirada mutua de los embajadores en 2010, se enfrió aún más en enero de 2012 con el cierre del consulado venezolano en Miami. Mientras, Venezuela ha promovido el nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la que no forman parte Estados Unidos ni Canadá y que Chávez quiso que sustituyera a la Organización de Estados Americanos (OEA).

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