Lleva quince años y nueve discos recorriendo callejones de sentimientos con aspecto de soñador ambulante. Ahora Quique González vuelve con un nuevo álbum, Delantera mítica, un trabajo que combina el sabor arenoso de las carreteras texanas con discretas críticas  a la realidad actual.

Su nuevo disco se llama 'Delantera Mítica'. Le hacíamos más 'místico' que 'mítico'.

Tengo muy poco de místico. El título se refiere a una metáfora sobre la amistad y recuerda a los amigos con los que jugabas de niño en la calle al fútbol, con un par de jersey como porterías. Habla de lealtad y de cómo aceptamos los fallos de aquellos a quienes queremos.

Pareció enfadarse mucho a causa de la polémica que surgió en Internet en torno a ese título.

Fue culpa mía... Uno no puede entrar al trapo con lo que se dice en las redes sociales, menos a las 4 de la mañana. Los que no terminamos de manejarnos bien en esos entornos tenemos que tener cuidado. También ocurre que después de destinar tantos esfuerzos a algo tuyo... te picas con los comentarios negativos.

Su ábum suena más a caminos polvorientos de Texas que al barrio de Madrid donde se crió. ¿Dónde recogió esos sonidos?

He tenido la suerte de grabar los dos últimos discos en Nashville, un lugar donde la música está en todas las esquinas. El productor con el que he trabajado,  Brad Jones, me ha ayudado a conseguir ese sonido del que soy deudor. Muchos de mis héroes musicales y de mis ídolos vienen de allí, en esa ciudad grabaron desde Johnny Cash a Elvis Presley o Neil Young.

¿Qué tenemos que aprender de la música americana?

Lo deseable sería que en España, como ocurre en Estados Unidos, la música fuera protegida y considerada parte del patrimonio cultural colectivo. Aquí hay poco respeto por los músicos. Decir que eres uno de ellos te hace parecer sospechoso, no se considera una profesión seria.

¿Su pasión por el folk norteamericano no le ha tentado a cantar en inglés?

No, en absoluto. Uno tiene sus herramientas en la lengua en la que vive y sueña y se expresa. Dudo mucho que se pueda tener una intención poética en un idioma que no sea el natural.

El disco encierra sentimientos y desdichas. ¿La vida es así de dura?

A veces, a la hora de componer, me fijo en la pérdida. Tengo un perfil romántico, pero no me considero ni pesimista ni un aguafiestas. Aunque muchas de mis canciones tengan un halo melancólico, no estoy cortándome las venas todo el día.

¿En qué ha avanzado respecto a su álbum anterior, también grabado en Nashville?

Tiene más imágenes de lo que está ocurriendo ahora y más sentido crítico. El anterior era más preciosista, arreglado y complejo; este es más natural, más crudo y más directo.

El tema '¿Dónde está el dinero?' podría dedicarse hoy a muchos políticos. ¿Pensó en alguno al componerlo? 

Lo que está ocurriendo me afecta como ciudadano y me avergüenza.  Somos víctimas de un sistema corrupto y los políticos en vez de escuchar a la gente, escuchan a los bancos. Esa actitud, con el tiempo, se les volverá en contra.

En algunos de sus temas asegura que 'Dios se ha largado'.¿Es solo una imagen, se refiere a Bob Dylan —quien siempre ha dicho que es su dios— o le preocupa lo que pasa estos días en el Vaticano?

La verdad es que lo que sucede en el Vaticano no me preocupa en absoluto. El disco tiene momentos en los que la religión y Dios están presentes. Es un símbolo y, en cierta forma, una crítica.

Nació en Madrid en 1973. Comenzó tocando en pequeñas salas de la capital, donde hizo buenas migas con Enrique Urquijo. En 1998 publicó su debut, Personal. Sin embargo no fue hasta tres años más tarde, con el disco Salitre48, cuando recibió el reconocimiento y el aplauso del gran público. Desde entonces ha publicado otros siete álbumes más. El último es Delantera mítica.