Casarse no hace milagros: el matrimonio no es tan beneficioso para la salud como se pensaba

  • Es incapaz de mejorar la salud cuando ya existe algún deterioro previo.
  • A medida que disminuye la salud, de excelente a mala, también disminuye la ventaja de mortalidad para las personas casadas.
  • También hay casos en que las personas casadas sobreestiman su salud.
  • Pero ser soltero, divorciado y viudo aumenta el riesgo de muerte en 3 años.
Rolu-Nel Pasqual (c) besa a novia, Lycel, durante una boda conjunta en el día de San Valentín, en el ayuntamiento de Taguig, al sur de Manila, en Filipinas. Unas 150 parejas filipinas participaron en la boda.
Rolu-Nel Pasqual (c) besa a novia, Lycel, durante una boda conjunta en el día de San Valentín, en el ayuntamiento de Taguig, al sur de Manila, en Filipinas. Unas 150 parejas filipinas participaron en la boda.
Francis R. Malasig / EFE
Rolu-Nel Pasqual (c) besa a novia, Lycel, durante una boda conjunta en el día de San Valentín, en el ayuntamiento de Taguig, al sur de Manila, en Filipinas. Unas 150 parejas filipinas participaron en la boda.

La estabilidad emocional es fundamental para nuestra salud. Así, durante mucho tiempo se ha creído que estar casado era bueno para la salud. Pero, más allá de chistes y humoradas, resulta que no, que el matrimonio no supone beneficio alguno, al menos cuando ya existe un deterioro previo. Estar casado no cura, no hace milagros.

Han sido investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU) quienes han visto que el matrimonio ofrece menos protección contra la mortalidad cuando ya existe algún deterioro previo, en comparación con quienes están más sanos. Además, también hay casos en que las personas casadas sobreestiman su salud.

Los investigadores utilizaron datos de unas 789.000 personas que habían participado en la Encuesta Nacional de Salud de 1986 a 2004. En esta encuesta, los participantes calificaron su propia salud en una escala de cinco puntos (excelente, muy buena, buena, regular, mala), y luego se utilizaron los datos de seguimiento para identificar las casi 24.100 personas que murieron entre 1986 y 2006.

Tras esto, los investigadores utilizaron un modelo estadístico para determinar la percepción de la salud, el estado civil y otros factores relacionados con el riesgo de mortalidad en un período de tres años. Así se confirmó lo visto por investigaciones anteriores; que, en general, ser soltero, divorciado y viudo aumenta significativamente el riesgo de muerte en un plazo de tres años.

Por ejemplo, una persona que nunca se ha casado que cataloga su salud como "excelente" tiene el doble de probabilidades de morir en los próximos tres años en comparación con quien estaba casado y manifestaba el mismo estado de salud.

Sin embargo, a medida que disminuye la salud, de excelente a mala, también disminuye la ventaja de mortalidad para las personas casadas. "Para aquellos que ya tienen un mal estado de salud, el matrimonio no parece proporcionarles beneficios adicionales", ha explicado Hui Zheng, autor principal del estudio, que se publica en la revista Journal of Health and Social Behavior.

"Estos resultados sugieren que el matrimonio puede ser importante para la prevención de la enfermedad, pero no tan útiles una vez que las personas ya están graves", añade, lo que sugiere que el efecto protector del matrimonio "solo se da cuando la gente tiene un excelente estado de salud".

Sobreestimamos nuestra salud al casarnos

Además, los investigadores compararon las respuestas de las personas casadas y no casadas a preguntas sobre lo bien que puede manejar las actividades rutinarias de autocuidado tales como comer y bañarse, así como las actividades relacionadas con un mayor nivel de autonomía, como cocinar.

Los resultados de los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio también mostraron que las personas casadas y no casadas tienen tasas similares de mortalidad cuando tienen peor salud, medida por las limitaciones de su capacidad para realizar este tipo de actividades.

Sin embargo, la disminución de la protección del matrimonio es sólo parte de la explicación de por qué el matrimonio no puede proteger la salud tanto como se supone, ya que los autores sugieren que casarse también hace que muchos sobreestimen su salud. "El matrimonio parece no dejar que nos demos cuenta de lo pobre que es nuestra salud hasta que ya se han desarrollado problemas mucho más graves", asegura Zheng.

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