El secretario de Política Municipal del PSOE de Andalucía, Francisco Conejo, ha acusado a los alcaldes del PP de ser "cómplices" de la "agresión" del Gobierno central al municipalismo al apoyar la reforma de la administración local planteada por el Ejecutivo.

En este sentido ha manifestado en Benalmádena (Málaga), en un encuentro con alcaldes, portavoces y secretarios generales socialistas, que esta reforma es "un expolio a la autonomía local". Ha reiterado que "elimina servicios públicos de nuestros pueblos y ciudades", por lo que ha manifestado que no se entiende que un alcalde "esté de acuerdo con ella".

Conejo ha criticado a la alcaldesa de Marbella (Málaga) y presidenta en funciones de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), Ángeles Muñoz, y ha manifestado que es "la primera que debería defender al municipalismo del atropello que supone esta reforma", sin en embargo, ha continuado, "está doblegada a los intereses del Partido Popular y va a permitir que se haga caja con los servicios de nuestros municipios".

La reforma, según el dirigente socialista, es "especialmente perjudicial para la Costa del Sol", donde "desmantelará" servicios públicos: "los cinco municipios menores de 20.000 habitantes de la Costa del Sol Occidental —Benahavís, Casares, Istán, Manilva y Ojén— desaparecen de hecho puesto que se quedan sin competencias y servicios, que serán asumidos por la Diputación "para privatizarlos".

Asimismo, ha apuntado que los municipios mayores de 20.000 habitantes verán cómo sus servicios "son más caros y de peor calidad". "Los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes de la costa deberán suprimir los servicios que prestan actualmente en empleo, igualdad, juventud, políticas sociales, innovación, etcétera", ha adelantado.

"Nos preocupa qué pasará con las empresas y entidades públicas de los ayuntamientos que sean deficitarias ya que la ley propone que si no se sanean se disolverán. Esto puede suponer el despido de cientos de trabajadores públicos", ha expuesto. Por todo ello, ha pedido a los alcaldes de la costa que "se rebelen ante la agresión que el Gobierno quiere hacer a sus ciudades".