CaixaBank ha formalizado este jueves la adquisición del 98,9 % del capital social de Banco de Valencia tras pasar las autorizaciones pertinentes, entre ellas la de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), que ya ha dado luz verde a la operación.

El cierre de la compra implica la entrada en vigor del esquema de protección de activos mediante el cual el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) asumirá durante un plazo de diez meses el 72,5 % de las pérdidas que experimente la cartera de pymes y autónomos y los avales de Banco de Valencia, una vez aplicadas las provisiones ya existentes en estos activos.

Según ha informado CaixaBank a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Banco de Valencia celebrará el próximo 14 de marzo la junta general de accionistas en la que está previsto que se apruebe el nombramiento del nuevo consejo de administración, compuesto por 6 consejeros dominicales y 3 independientes. Hasta entonces, el FROB continuará como administrador provisional de Banco de Valencia.

Con esta adquisición CaixaBank consolida su liderazgo en el mercado español, con un volumen total de activos, contando Banco de Valencia, de 365.000 millones, por delante del Santander (331.000 millones) y BBVA (322.000 millones).

El 74 % de las oficinas de Banco de Valencia están en Castellón, Valencia, Alicante y Murcia, lo que permitirá además a CaixaBank ampliar su cuota de mercado en Levante.

La Comisión Nacional de la Competencia ha autorizado la absorción del Banco de Valencia por parte de CaixaBank al considerar que con la integración no surgirán problemas para la libre competencia.

En una nota de prensa, la CNC ha explicado que el Banco de España señaló que el aumento de la cuota de mercado de CaixaBank es "muy poco significativo" a escala nacional y que, de entrada, "no existen barreras insalvables", por lo que no se prevé que la operación sea un obstáculo a la competencia en los distintos servicios que presta.

Asimismo, la CNC considera "suficiente y proporcionado" el compromiso que este miércoles adquirió la entidad catalana de no tener representantes simultáneamente en los Consejos de Administración de Aguas de Barcelona, -en cuyo capital está presente de forma minoritaria el grupo resultante-, y Aguas de Valencia, empresa de la que adquirirá ahora una participación indirecta.

Según la CNC, la presencia simultánea de CaixaBank o de su grupo en los órganos de decisión de ambos competidores podría conllevar algún riesgo de la competencia en el mercado relacionado con la gestión integral del agua, pero con el compromiso de la entidad catalana se compensan "los posibles problemas" citados.

El pasado 27 de noviembre, el FROB acordó inyectar al Banco de Valencia 4.500 millones de euros y traspasarlo a CaixaBank por el precio simbólico de un euro. De acuerdo con la resolución que adoptó la comisión rectora del FROB, se estipulaba "que los accionistas actuales del Banco de Valencia -el FROB controla el 91 %- soportarán las pérdidas en que haya incurrido la entidad" (en los nueve primeros meses del año pasado perdió 389,4 millones).

Además, se incluía el traspaso de "inversiones y riesgos" inmobiliarios de Banco de Valencia, así como la amortización de participaciones preferentes y deuda subordinada.

La reestructuración y venta del Banco de Valencia se saldó con una millonaria cuenta para las arcas públicas, ya que a los 4.500 millones que desembolsó el FROB se unen los 1.000 millones que inyectó en junio a través de una ampliación de capital.

Precisamente, el viernes pasado el FROB anunció que se querellará contra la antigua cúpula del Banco de Valencia por gestión desleal pues entiende que los antiguos directivos causaron un perjuicio de 500 millones de euros. Además, atribuye al ex consejero delegado, Domingo Parra, acciones "de dudosa racionalidad económica".