El Supremo confirma tres años de cárcel para un varón que arrancó tres dientes de un puñetazo a otro

La víctima aseguró en el juicio que le desplazó "cinco o seis metros" y que previamente le había dicho que "le rompería la boca"

El Tribunal Supremo (TS) ha emitido un auto en el que confirma la pena de tres años de prisión para un varón, Joaquín R.R., a los que le condenó la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Jaén por un delito de lesiones, toda vez que el acusado arrancó tres dientes de un puñetazo a otro hombre el 25 de diciembre de 2008, según el auto, al que ha tenido acceso Europa Press.

Además, Joaquín R.R. tendrá que indemnizar a la víctima en un total de 13.466 euros por las lesiones y gastos médicos provocados, a pesar de que en el recurso de casación interpuesto ha alegado que "la reparación de las piezas dentales no ha comportado riesgo para el lesionado y ha consistido simplemente en la colocación de implantes, lo que hoy es una práctica cotidiana".

Al respecto, el TS hace referencia a la sentencia de la Audiencia en la que destacó que la pérdida de los tres incisivos superiores y la fractura además de las coronas de otras dos piezas, "aun reparadas tales avulsiones y roturas, es claro que las mismas supusieron una imperfección estética que rompía la armonía facial, de carácter permanente". Además, expone el TS, "el tratamiento no ha sido sencillo, como afirma el recurrente, sino de una complejidad destacable".

Así, señala que el hecho de que el acusado propinara "un fuerte puñetazo en la boca a la víctima" fue una conducta "dolosa", si bien "no cabe atribuir el resultado a título de imprudencia, pues el puñetazo fue de tal contundencia y magnitud que el propio acusado sufrió herida inciso contusa con importante inflamación en la mano y, la víctima, por efecto del golpe, se desplazó varios metros hacia atrás y sufrió una cervicalgia, además de la pérdida y fractura de las piezas dentales" descritas.

Cabe recordar que en la vista celebrada en abril del pasado año el acusado declaró que la víctima "le estuvo molestando pisándole antes en un pub los pies e incluso quemándole con un cigarrillo en el antebrazo". Además, aseguró que el lesionado "fue a herirle y, para apartarlo, le dio", insistiendo en que "intentó quitarlo de encima suya", si bien "creyó que había caído al suelo".

A preguntas de la acusación particular de si requirió asistencia del fisioterapeuta en los nudillos de la mano "por haber golpeado" a su cliente, Joaquín R.R. respondía que no lo recordaba, agregando que "al intentar esquivar el golpe que le iba a dar, por lo visto le dio". Al hilo, detalló que en el local le estaba molestando y que le dijo a su primo que se fueran ya a casa. Sin embargo, se fueron del pub hasta el campo de fútbol y allí "le insultó y le acorralaron sus amigos", por lo que sintió "miedo".

Por su parte, la víctima manifestó en la vista que no discutió con el acusado y que no se esperaba el puñetazo pues, de lo contrario, se habría cubierto la cara. Tras esto, ha expresado que perdió tres dientes y otros resultaron fracturados, por lo que tuvo que estar durante un largo periodo de tiempo —unos tres años— acudiendo al odontólogo para que su boca fuera intervenida.

Tras un proceso "largo y complicado", en el que tanto la víctima como el dentista incidieron en el juicio, el lesionado indicó que "le hicieron muchísimas cosas en la boca" y, como continuó explicando, "primero le pusieron unos dientes provisionales que no podía utilizar para comer, pero se conformó porque se sentía bien estéticamente".

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