Subirse a lo alto de un edificio o una grúa se ha puesto de moda en Barcelona para reivindicar o pedir alguna cosa.

En la mañana del lunes un rumano se subió a la grúa de una obra situada a 40 metros de altura en la calle San Rafael, en el barrio del Raval, y no se bajó hasta que ha conseguido hablar con un miembro del consulado de su país en Barcelona. Se desconoce que es lo que quería con esta acción.

Inicialmente se pensaba que era la misma persona que el día anterior se subió al techo de la estación de Francia con la intención de que le pagara el billete de vuelta a su país, Irlanda.

Comunicación imposible

Hasta cuatro dotaciones de Bomberos y los Mossos d'Esquadra se desplazaron hasta el lugar del incidente hacia las 7.49 de la mañana pero el hecho de que el hombre no hablara español dificultó la negociación para que se bajara de la grúa.

No fue hasta las 10.10 horas que el hombre decidió descender tras conseguir hablar con un miembro de su consulado.

Posteriormente fue trasladado al Hospital del Mar para someterse a un chequeo médico con el objetivo de intentar conocer el alcance de sus posibles problemas psicológicos.