El pasado año sólo lo utilizaron 225 jóvenes en Valladolid, 158 por accidente escolar, 15 por enfermedades de neuropsiquiatría (9 de ellas por anorexia y bulimia); 38 por infortunio familiar –una ayuda para acabar los estudios a aquellos cuyo padre fallece o que sufren una quiebra o ruina familiar–, y 14 por prórroga de infortunio familiar.
El seguro cuesta 2,42 euros y da derecho a una serie de prestaciones, algunas por fuera de la sanidad pública. En caso de accidente, el herido puede ser atendido en cualquier centro privado y por el médico que elija.
En caso de enfermedad
Además, ante determinadas enfermedades, cubre los gastos del ingreso en los centros concertados y el tratamiento posterior. Si el afectado prefiere elegir otro médico, se le pagaría una tarifa prefijada y el resto lo abonaría él. Estas tarifas no son muy elevadas: por ejemplo, 16,9 euros por una consulta psiquiátrica o 8,45 euros por una psicoterapia, las más utilizadas.
Las afecciones que cubre son tuberculosis, procesos neurosiquiátricos, tocología y cirugía general, y antes de iniciar el tratamiento hay que solicitarlo a la Seguridad Social.
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