La cuesta de los jarrilleros

Portugalete La villa fue en su tiempo refugio de adinerados veraneantes. Hoy, sin huertas ni playa, es una de las zonas de marcha joven de la Margen Izquierda.
La villa vista desde la ría, destacando en la imagen la basílica de Santa María, construida en 1492.G.A.
La villa vista desde la ría, destacando en la imagen la basílica de Santa María, construida en 1492.G.A.
La villa vista desde la ría, destacando en la imagen la basílica de Santa María, construida en 1492.G.A.
Fundada en 1322 por María Diaz de Haro, sobrina de Don Diego, la villa jarrillera, llamada así por las antiguas bodegas de txakoli que servían sus caldos en jarras de barro, es uno de los municipios más importantes y visitados de la Margen Izquierda. Situado entre Sestao y Santurtzi, se une con la Margen Derecha a través del insigne y centenario Puente Colgante.

En otro tiempo, Portugalete, que actualmente cuenta con unos 50.000 habitantes, era una villa de clases; lo que los vecinos con más años recuerdan como «vías arriba» y «vías abajo». Los que vivían por debajo de las vías del tren que va desde a Santurce a Bilbao, junto a la ría, eran la gente adinerada, y los que lo hacían por encima, la clase trabajadora. Hoy en día la cosa está más igualada, aunque «los ricos siguen viviendo en el muelle», asegura uno de los vecinos.

El paseo del muelle es una de las zonas más concurridas del municipio, ya que tanto vecinos como visitantes la aprovechan cuando hay buen tiempo. Sin embargo, no es el único atractivo que tiene la localidad. El casco viejo, desde donde se levantó hacia la zona alta el actual municipio, cuenta con numerosas calles apreciadas por los turistas. Esta era antes la zona de reunión de los oriundos de la villa jarrillera, donde iban «de potes». «Ahora en Portugalete hay muchos sitios donde ir a tomar unos vinos, desde Koskojales al Ojillo, pasando por la calle Gipuzkoa», explica, Manuel, que lleva más de 70 años en la villa.

Noches de fiesta

Los jóvenes también han tenido siempre su protagonismo en el lugar. Además de las fiestas que hay en verano, como los San Roque o la Virgen de la Guía, el casco viejo se convierte cada fin de semana en punto de reunión de miles de jóvenes en busca de juerga nocturna. La cuesta Santa María es, sin duda, el máximo exponente de la marcha portugaluja. A pesar de su desnivel, la estrecha calle, con una decena de bares a ambos lados, se atesta de gente las noches de viernes y sábados.

Para algunos, sin embargo, ya no es lo que era. «Hace tiempo que ya no viene tanta gente como antes; ahora hay más gamberrismo y la Policía Local no hace absolutamente nada», se queja uno de los comerciantes de la zona. Ésta es, junto con las obras, la principal queja de los vecinos de ‘Portu’.

Impacientes por la llegada del metro

Entre finales de este año y comienzos del próximo, el metro de Bilbao llegará a Portugalete. Los vecinos de la villa se muestran contentos, porque creen que era necesario. «El tren que llega a Bilbao es maravilloso, pero ahora vamos a tener la estación en el medio de la ciudad y vamos a poder ir a más sitios», cuenta uno de ellos. Otros, sin embargo, ven posibilidades en sentido contrario. «Va a ser beneficioso, porque vendrá más gente de fuera», dicen.

LOS VECINOS

Eugenio Etxeandia. 77 AÑOS. Jubilado.

«Llevo aquí toda mi vida, excepto el año y medio que estuve en la mili, y el pueblo ha cambiado mucho en los últimos años. Se han hecho muchas casas desde que yo era pequeño. Creo que ha ido a mejor».

Mari Jose Castro. 36 AÑOS. Cuidadora.

«Últimamente se está notando que ‘Portu’ está creciendo, sobre todo en población. Yo tengo una hija y veo en los parques cantidad de niños. Es un municipio con mucha vida y mucho futuro».

Justo Mtez. Arenaza. 65 AÑOS. Jubilado.

«Recuerdo cuando no había más que huertas de las vías hacia arriba, o cuando había playa en Portugalete y venía hasta gente de Las Arenas a bañarse. Hasta que hicieron las piscinas y el club náutico, allá por el año 1958».

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