Un jurado popular tiene previsto juzgar el próximo mes de abril a un hombre, acusado de matar a su madre con 28 puñaladas por no dejarle vivir con sus gatos, ya que no podía seguir residiendo independiente en Fuengirola (Málaga), porque estaba en paro y no tenía dinero; pero tampoco podía llevarse a los animales a vivir en la casa de su hermana, donde le habían planteado que se trasladara.

La Fiscalía solicita una pena de 20 años de prisión y la acusación particular, en representación de sus hermanos, pide que se le impongan 25 años de cárcel por un delito de asesinato con agravante de parentesco. Los hechos sucedieron en septiembre de 2011. El hombre carecía de recursos económicos y residía en Fuengirola con la ayuda de sus familiares, que le pagaban los gastos de alquiler y demás.

Según la acusación pública, como su familia no podía seguir ayudándole económicamente, le propusieron trasladarse a vivir a casa de su hermana, pero le advirtieron de que "no podrían acompañarle sus dos gatos dado que sus sobrinos son alérgicos a esos animales", dice el fiscal en su escrito inicial, en el que se apunta que el acusado tiene "un afecto desmedido a sus mascotas".

Así, el hombre "comenzó a presionar a su madre y hermanos" para que le permitieran continuar viviendo en el apartamento de alquiler en compañía de sus animales, aunque también, según se recoge en las conclusiones provisionales, a las que ha tenido acceso Europa Press, "pensaba en la posibilidad de actuar radicalmente si no se accedía a sus deseos".

De hecho, se señala, dejaba constancia de ello en un cuaderno con pensamientos como "por todos los gatos que perdí y me hicieron perder matar a los culpables". El día de los hechos, estuvo hablando con su familia para que le efectuaran el ingreso semanal para atender a sus gastos, tras lo que salió de casa con destino a Málaga. Dejó comida y agua para los animales, preparó ropa y se hizo con una navaja.

Así, según el relato de esta acusación, fue a casa de su madre, llamó al portero electrónico y subió a la casa, donde estaba su madre, a la que recriminó "la actitud en el tema de los gatos". Cuando ésta le hizo unos comentarios que no fueron de su agrado, entró en la habitación y, aprovechando las facilidades de la avanzada edad de la mujer, "le propinó un fuerte empujón por la espalda".

El fiscal explica que la mujer se golpeó contra una estantería y cayó al suelo, momento en el que el acusado "comenzó a apuñalarla con la navaja que portaba, primero en la cabeza y en el cuello", intentando defenderse mínimamente y, una vez que la víctima quedó totalmente inerte, "continuó apuñalándola hasta un total de 28 ocasiones que le provocaron la muerte".

Tras esto, según sostiene inicialmente el ministerio público, se aseó, limpió la navaja, de la que posteriormente se deshizo, y se cambió de ropa, comenzando a buscar dinero, sustrayendo un ordenador portátil y un televisor, tasados en 350 euros. Al día siguiente, fue a la Policía "reconociendo ser autor de la muerte de su madre", aunque desde el día anterior ya se había ordenado su detención.

El escrito provisional de la acusación particular, al que ha tenido acceso Europa Press, se explica que "el conflicto surge cuando se le informa de que sus dos gatos no podrán trasladarse y residir con él en la casa de su hermana" y se apunta que en su vivienda había una libreta "con graves mensajes amenazantes contra las personas de su familia a quienes hacía responsables de la separación de sus gatos".