"Nuestro trabajo consiste en servir a la ciudadanía, al contribuyente. Lo que no vamos a hacer entonces es ir contra ellos solo para beneficiar a la banca". Manolo Ariza, bombero de 43 años y miembro de la sección sindical de CC OO, es uno de tantos miembros en este cuerpo de prevención y extinción de incendios que ha manifestado que no participará ni colaborará en la ejecución de ningún desahucio.

Ariza sostiene que su acto de desobediencia civil es sobre todo "simbólico", ya que en el día a día hasta ahora no han sido requeridos para participar en desahucios, si bien se temen que "quieran tirar de nosotros", tras el rechazo de otros colectivos (como los cerrajeros) a continuar abriendo las puertas de los desalojados. "En general no va a haber nadie que colabore con algo así", asegura.

En su opinión, y pese a las posibles amenazas por el no acatamiento de órdenes directas, la ley está de su lado. "Los bomberos no estamos para generar emergencias, sino para socorrerlas y resolver problemas", reivindica.

Tal como hicieran el pasado martes A Coruña, negándose a tirar abajo la puerta de una anciana de 85 años a la que iba a echar por el impago de un mes de alquiler, los bomberos de al menos otras tres comunidades (Madrid, Cataluña y Andalucía) han mostrado su solidaridad y han anunciado su negativa a participar en este tipo de desalojos.