La asociación agraria Asaja ha apuntado que un total de 132 jóvenes se han incorporado a la agricultura y la ganadería de León en el último ejercicio (desde septiembre de 2011 hasta febrero de 2013). "Es pronto para hablar de un cambio de tendencia, pero sí es la mayor incorporación de jóvenes en el campo desde hace años", según ha reconocido el presidente de Asaja León, José Antonio Turrado.

Los representantes de Asaja han recordado que la media de las anteriores campañas era una incorporación de 60 jóvenes, por lo que la cifra actual supone el doble. Turrado ha confirmado que "el dato no es exacto" ya que será la Junta de Castilla y León quien corroborará la cifra definitiva, pero de ellos, 70 jóvenes sí han tramitado su expediente y recibido la formación obligatoria de 150 horas lectivas para poder acceder a las ayudas a través de la propia organización agraria.

La falta de alternativas laborales por la situación económica que atraviesa el país juega a favor de la incorporación de los jóvenes al campo o suscita el interés del medio rural al plantearse al menos la posibilidad. En este contexto, Turrado ha puesto de manifiesto la preocupación porque sean proyectos viables y de futuro. "En Asaja queremos que el que entre en el campo se jubile en él y que hagan de la agricultura y la ganadería su forma de vida y de su familia", ha defendido el presidente.

Existen dos tipos de ayudas de las que los jóvenes se benefician. Por un lado la ayuda a la primera instalación que es una subvención de una cuantía fija de 31.000 euros que se justifica con inversiones destiandas a la propia instalación. Y, por otro lado, la ayuda al plan de mejora que consiste en una subvención de un 50 or ciento de la inversión realizada con un tope máximo de 100 euros.

La mayoría de los que se incorporan solicitan las dos líneas de ayuda, pero no suelen llegar al tope de inversión por dificultades de financiación. Turrado ha denunciado que las ayudas públicas "no son suficientes" para vivir del campo. Aunque la inversion inicial depende mucho del tipo de actividad que se vaya a desarrollar, Asaja ha calculado que se necesitan para la agricultura unos 200.000 euros y para la ganadería alrededor de 350.000 euros.

Los jóvenes incorporados en este último ejercicio por Asaja, se han comprometido a efectuar una inversión inicial de 86.000 euros de media. El 28 por ciento se destinará a la compra de maquinaria, el 53 por ciento en bienes inmuebles, el 16 por ciento en compra de ganado o derechos de producción y el 6 por ciento a la compra de tierras. "La compra de tierras no es una inversión habitual por ser cara y haber poca oferta", ha explicado el presidente de la organización agraria.

Edad y profesión

El informe sobre la incorporación de los jóvenes a la agricultura y la ganadería en la provincia de León, elaborado por Asaja, indica que el 20% de los incorporados en 2012 tiene entre 18 y 25 años, el 31,4% está en una edad entre los 25 y los 30, mientras que el 48,57% tiene entre 30 y 40 años. Si se tiene en cuenta el sexo, las mujeres se incorporan más tarde, en concreto, el 61,11% lo ha hecho a partir de los 30 años. Además, son una minoría (25,71% frente al 74,29% de hombres).

El joven que se incorpora al campo, según Asaja León, es familiar directo de agricultores, ya que resulta excepcional las personas que lo hacen sin vinculación anterior con el sector. Lo habitual es que tengan estudios primarios o formación profesional y son usuarios de las nuevas tecnologías de la comunicación. "La mayoría de ellos entran en el sector afiliados a alguna de las organizaciones profesionales agrarias", ha indicado Turrado.

Los que se incorporan por encima de los 30 años, por lo general han tenido otro trabajo anterior o han sido demandantes activos de empleo en otros sectores ajenos al campo. También hay casos de autónomos en otras actividades, sobre todo relacionadas con la construcción y los servicios, según el informe.

De los expedientes tramitados en Asaja, el 63 por ciento de los jóvenes se han incorporado en una explotación ganadera o mixta (la mayoría de vacuno de carne en extensivo) y el 37 por ciento restante lo ha hecho en una explotación agrícola (la mayor parte de regadío con cultivos de maíz, cereal y forrajes). Y el 86 por ciento se incorporan en una explotación de nueva creación, mientras el 14 por ciento en una ya existente, por lo general de carácter familiar.