Un joven marroquí murió el pasado sábado después de que se quemara a lo bonzo y después se arrojara a las turísticas cascadas de Uzud, en el centro del país, lo que desató el pánico entre los miles de visitantes, informan hoy medios locales.
La víctima, de 23 años, se roció con gasolina y se prendió fuego antes de arrojarse al agua desde una altura de más de 100 metros en torno al mediodía, la hora de máxima afluencia de público, según el periódico Al Ajbar.
El diario Al Massae, por su parte, asegura que los efectivos de Protección Civil tardaron más de dos horas en rescatar el cadáver en medio del pánico entre los visitantes de las cascadas, a las que los fines de semana suelen acudir en masa los habitantes de las ciudades de Marrakech y Beni Melal.
Se desconocen, por el momento, las causas del suicidio del joven, que era soltero, sin formación y acababa de regresar de Casablanca, donde trabajaba en la construcción, según Al Massae. Al menos siete personas han muerto tras quemarse a lo bonzo desde 2011, en la mayoría de los casos en protesta por el paro y la pobreza.
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