Tirarse en trineo por las laderas del Puerto de Palombera

  • Es un plan para hacer con niños y trineos o algún artilugio deslizante.
  • Se puede hacer desde cualquiera de las dos vertientes de Palombera, la norte, a través del valle de Cabuérniga, o la sur, desde los valles de Campoo.
  • El paseo se desarrolla por entero dentro del Parque Natural Saja-Besaya.
Tras la larga excursión, haciendo cumbre en Palombera.
Tras la larga excursión, haciendo cumbre en Palombera.
TURISMO DE CANTABRIA
Tras la larga excursión, haciendo cumbre en Palombera.

El invierno es un estupendo momento para acercarse a las montañas de Cantabria y llegarse a la Palombera, a contemplar una paisaje blanco espectacular. Si la nieve lo permite, lo ideal es subir hasta el alto, si no hasta donde se pueda transitar. Es un plan para hacer con niños y llevar unos trineos y cualquier artilugio deslizante.

Esta excursión se puede hacer desde cualquiera de las dos vertientes de Palombera, la norte, a través del valle de Cabuérniga, o la sur, desde los valles de Campoo. La carretera que atraviesa el puerto desde el norte es la antigua ruta que seguían los ‘foramontanos’, los cántabros que en la época de la reconquista iban a Castilla a repoblar las tierras arrebatadas a los árabes.

Nuestro paseo se desarrolla por entero dentro de los límites del Parque Natural Saja-Besaya. Vamos a tomar como punto de partida Cabezón de la Sal, y tomando la C-625 nos dirigimos en dirección al Valle de Cabuérniga. Atravesaremos pueblos como Carrejo, Ruente, Barcenillas, Terán y Renedo de Cabuérniga, Selores, Fresneda… hasta llegar a Saja, el último núcleo habitado hasta la cumbre de Palombera.

Este puerto es un espectáculo de naturaleza. En este época encontraremos nieve en casi todo el recorrido y en las curvas orientadas al norte, salvaremos por pequeños puentes rápidos arroyos producto del deshielo. A lo largo de la subida nos encontraremos pequeñas cascadas que salpican la carreteras y en muchos puntos carámbanos de hielo que se asoman por las zonas más sombrías. La carretera es estrecha y muy sinuosa, pero el firme es bueno y tiene quitamiedos en todo el recorrido.

Según nos vamos acercando a la cumbre las hayas, los robles y castaños irán dejando paso a las laderas y los pastos, aquí es donde viene el ganado de la zona a pastar en primavera y verano. En este punto, podemos parar allí donde la carretera lo permita y buscar una ladera apropiada para los trineos.

A la hora de comer, no debemos olvidar que estamos en la comarca del cocido montañés. Tanto si vamos hacia el sur o volvemos sobre nuestro pasos hacia el norte, nos vamos a encontrar con un buen número de pequeños restaurantes donde el cocido, la carne de Tudanca, el lechazo o la caza se guisan como en casa.

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