La moda zombi ya dura años y, en vista del éxito de videojuegos, cómics, libros, películas y series centrados en este tema (no hay más que ver los datos de audiencia de The Walking Dead), parece que durará unos cuantos más. Es tal el furor que causan actualmente las historias de muertos vivientes que el asunto ha llegado incluso al parlamento canadiense.

Esta semana, el político Pat Martin, miembro de la Cámara de los Comunes de Canadá, ha preguntado, en tono humorístico, al ministro de exteriores John Baird si se están tomando medidas para evitar un apocalipsis zombi en el país.

En realidad, la broma surgió a raíz de una iniciativa del departamento de seguridad pública de Quebec, que tiene planeado para la semana que viene un simposio en el que se utilizará un hipotético ataque zombi para realizar un ejercicio sobre prevención y seguridad de cara a posibles catástrofes futuras reales, aunque no estén relacionadas con no-muertos.

"Quisiera rendir homenaje hoy al Centro de Control de Atalanta y Quebec por poner en práctica medidas de emergencia en un esfuerzo por hacer frente a la posibilidad de una invasión zombi", comenzó Pat Martin en el parlamento, para continuar pidiendo un compromiso por la seguridad de Canadá: "No necesito decirle, señor presidente, que los zombis no entienden de fronteras y que una invasión zombi podría convertirse en una pandemia en todo el continente si no es contenida".

"Quiero preguntar al ministro de exteriores si está trabajando con sus colegas estadounidenses para desarrollar una estrategia internacional con el objetivo de que una invasión zombi no se convierta en un apocalipsis", siguió el político. Planteamiento ovacionado por el resto de políticos al que Baird respondió con el mismo aire de chanza: "Señor presidente, aseguro a todos los canadienses que estoy totalmente dedicado ('deadicated': juego de palabras con 'dead' / 'muerto' y 'dedicated' / 'dedicado') a asegurarme de que esto no ocurra". "Canadá nunca será un refugio seguro para los zombis", concluyó el ministro, también entre aplausos.