Condones marca Anti Baby y King Kondom —con el gran gorila estampado en la caja con un plátano en la mano—, aparatos para masajes de aspecto arcaico y hasta cierto punto temible, un pene de madera diseñado para las clases de educación sexual en los colegios, postales homoeróticas del mítico fotógrafo Bob Mizer...

Es una exposición de un museo que quiere demostrar, con una actitud provocadora, que la sexualidad también es un asunto en el que intervienen la cultura y la política y que a través del examen del pasado es posible llegar a conclusiones que tengan una influencia positiva en el presente.

Sex Talk in the City (Hablar de sexo en la ciudad), inagurada el pasado día de San Valentín en el Museum of Vancouver (MOV) de la ciudad canadiense, quiere servir como acicate para que los visitantes sepan cómo han cambiado las cosas y exploren "cómo se enseña la sexualidad —en las aulas, en los medios de comunicación, a través de la cultura popular— y cómo estas enseñanzas impactan en las formas de comportamiento y de relaciones".

Los organizadores de la muestra, que estará en cartel hasta el 2 de septiembre, invitas al público a compartir experiencias sobre "la primera vez", las "clases de educación sexual" o las "extrañas conversaciones sobre pájaros y abejas que tuvieron con sus padres" cuando estos quisieron explicarles la reproducción humana.

La exposición ha programado una rica agenda  actividades complementarias que también se pueden seguir en los canales sociales del museo: Facebook, Twitter, Flickr y YouTube.

Para la comisaria de Sex Talk in the City, la forma en que se han modificado los hábitos sexuales y los modos de iniciación y disfrute el sexo son también parte de la ciudad. "Explorar la historia sexual de Vancouver nos ha permitido ver cómo muchos  sus vecinos han desafiado las normas sexuales de su tiempo en asuntos como el control de la natalidad, los derechos de los gay o la ergonomía de los juguetes sexuales, para así crear comunidades más abiertas y educadas", señala.

La exposición, que aborda temas como los orígenes de la liberación sexual, la protitución o la manera en que Internet se ha convertido para muchos niños en un "educador" en materia de sexo, está dirigida a personas de más de 15 años o menores acompañados de un adulto.

El museo indica que Sex Talk in the City contiene "lenguaje sexuale, escenas sugestivas y desnudos", pero matiza que siempre presentados en un "contexto histórico, político y educativo".